Zaragoza.- A la Sociedad Deportiva Huesca le va jugar contra los equipos más fuertes de la categoría. Escuadras como Valladolid, Alcorcón o Nàstic ya sucumbieron en las últimas fechas ante la escuadra altoaragonesa. Ahora llega otra de la parte más alta de la tabla, de las que hasta el final estarán presumiblemente peleando por el ascenso a la máxima categoría del fútbol español. Pero miedo ninguno.
Eso sí, mucho respeto. Porque la situación de los hombres de Juan Antonio Anquela es delicada en la tabla clasificatoria. De hecho, comenzarán la jornada en la que visitarán al Real Oviedo en posiciones de descenso por primera vez en mucho tiempo. A tan sólo un punto del Almería que marca la línea con la salvación, pero conscientes de que el margen de error ya ha desaparecido con ocho jornadas por disputarse.
Enfrente, un Oviedo que en la última fecha lograba un valioso empate frente al Nàstic que le permite seguir en tercera posición, a tan sólo cuatro puntos del segundo y primer clasificado. Pero torres más altas han caído y la plantilla azulgrana lo sabe a la perfección. De hecho, se le ha dado mejor medirse a rivales potentes que a otros donde ha tenido que llevar la iniciativa del juego.
Anquela cuenta con dos hombres entre algodones. Por un lado Jesús Valentín, que ya fue baja la pasada semana por su lesión de rodilla, en la derrota por 0-2 ante el Córdoba en El Alcoraz. Por el otro, un Mikel Arruabarrena que también acumula muchos partidos jugando con una lesión en un dedo del pie que le impide actuar al 100%. Y se nota en su rendimiento.
Para el optimismo también la buena imagen que la Sociedad Deportiva Huesca venía ofreciendo como visitante durante la temporada, aunque lo cierto es que sus guarismos han empeorado en las últimas fechas. Eso sí, no caben excusas y, a pesar de la entidad del rival, los altoaragoneses necesitan reaccionar. Y reaccionar ya.
