El Huesca tropieza en Riazor ante un Deportivo claramente superior (2-1)

Los oscenses saltaron con camisetas en apoyo a Doukouré
photo_camera Los oscenses saltaron con camisetas en apoyo a Doukouré

No pudo vencer la Sociedad Deportiva en Riazor ante el Deportivo de La Coruña y se quedó sin sumar el conjunto de Míchel. Los oscenses fueron inferiores prácticamente todo el encuentro, excepto en los primeros compases de la segunda mitad. La vista está puesta en La Romareda, porque podrían perder momentáneamente la plaza de ascenso directo.

Daba comienzo el enfrentamiento entre dos equipos que buscaban objetivos diferentes. Los gallegos querían firmar cuanto antes la permanencia, y los aragoneses, asentarse en el ascenso. A pesar de que los locales apenas sumaban 45 puntos, se veía un once imponente. Jugadores como Bergantiños, Mollejo o Aketxe serían un quebradero de cabeza para los de Míchel, que recuperaban a Josué Sá para la cita. Once más o menos clásico dentro de la obligación de rotar que implica jugar cada tres o cuatro días.

Comenzó de la mejor forma posible para los oscenses. No había generado peligro el equipo hasta el minuto 7. Ahí, un centro casi desde el centro del campo de Miguelón lo remataba perfectamente Rafa Mir y el balón entraba. 0-1 y encuentro cuesta abajo. Ahora bien, en el minuto 11 a punto estuvieron los de La Coruña de poner el 1-1. El problema es que el remate de tijera de Christian Santos se marchó muy alto.

El Deportivo comenzaba a ganar metros con tranquilidad. Quedaba mucho y sabían que debía reinar la calma. Y en una jugada perfectamente hilada, llegaría el gol de la igualada. Pase, pase, pase y otro pase más una y otra vez. Y en una de estas, Aketxe sacaba un latigazo perfecto que se colaba por toda la escuadra. 1-1 antes del minuto 20. Los locales habían logrado la igualada y querían ir a por más. De hecho, tres minutos después, tras un córner mal defendido, pudieron ponerse por delante. Pasado el ecuador de la primera mitad, el partido era muy del Deportivo.

Necesitaba el Huesca la pausa para hidratarse como agua de mayo. Había visto como le igualaban y cómo su capitán, Pulido, era amonestado. Por otra parte, los de Riazor podían haberse puesto varias veces por delante. Aketxe de lejos, Cristian tras un córner, Mollejo si enganchaba la pelota…

Pero el problema serio para la Sociedad Deportiva Huesca llegaría justo antes del descanso. En el minuto 43, Mollejo la daba de tacón a Salva Ruiz. Este centraba el balón y Cristian se inventaba una preciosa chilena que entraba por encima de Álvaro. El gol de la jornada y, probablemente, uno de los tantos de la temporada. Así finalizaba la primera mitad. Los altoaragoneses tenían que aprender de sus errores si querían sacar algo positivo.

Espejismo al comienzo del segundo tiempo

La vuelta al terreno de juego traía consigo un gran disparo de Sergio Gómez que cerca estuvo de suponer el empate. Los centrales adelantaban su posición para ganar metros y generar peligro. Y esta vez Cristo, ejecutando un gran centro chut en el 53, enviaba el balón al larguero. Tres minutos después, pedían una mano que el colegiado obviaba por encontrarse en posición natural.

Estaba apareciendo el conjunto de Míchel, especialmente por medio de Sergio Gómez. La línea del centro del campo oscense también había avanzado. Era un Huesca mucho mejor de lo que se había visto en la primera mitad. A todo esto, Okazaki y Mosquera saltaban a Riazor para meter otra marcha más. Sin embargo, pasados 20 minutos se llegaba a la conclusión de que todo era un espejismo. Minuto 80 y todo se encontraba tal y como había finalizado la primera mitad. Mboula y Juan Carlos Real sustituían a Miguelón y Mikel Rico.

De allí al tiempo de prolongación era innegable que el Huesca mantuvo el control del balón. Ahora bien, en absoluto era sinónimo de peligro. Las ocasiones no eran claras hasta que el cuarto árbitro levantaba el cartelón para señalar que se jugarían cuatro minutos más. Llegaban los nervios a las filas de los aragoneses. A punto estuvo de marcar el tercero Merino para el Deportivo.

El árbitro decretaba el final y las caras en las filas altoaragonesas eran de preocupación. El hecho de caer en Riazor suponía que, si el Real Zaragoza vencía o igualaba al Rayo Vallecano, perdería la plaza de ascenso. El conjunto de Míchel tiene puesta la vista en La Romareda, que decretará si siguen dependiendo de sí mismos para lograr el ascenso a Primera.