Opinión

El dictamen para el Futuro de Zaragoza

VOX ha abandonado la Comisión Especial para el Futuro de Zaragoza. La razón es bien sencilla: que mientras pactamos, o lo intentamos, con PSOE y Podemos a nivel local, a nivel nacional estos partidos pacten nada menos que la política laboral con Bildu (Herri Batasuna con otro nombre) es una traición en toda regla al pretendido espíritu de consenso de la Comisión. Además, la derogación de la reforma laboral en estos momentos tan inoportunos cuestiona seriamente los propósitos con que se creó. Hasta el propio PSOE anda dividido. Y en Andalucía PSOE y Podemos abandonan una comisión semejante porque la preside VOX. Entre el partido de Ortega Lara y el de Otegui, sus preferencias están claras. Pero además han pactado luego con el PNV que sólo País Vasco y Navarra gestionen el Ingreso Mínimo Vital y con ERC -y sólo con ERC- el reparto de los fondos comunitarios.

Pero hechas estas aclaraciones conviene centrarse en el dictamen. Permanecimos en la Comisión por respeto y consideración todo el tiempo en que participaron los agentes sociales y expusieron sus propuestas, muchas de ellas valiosas y cargadas de sentido común. Nos retiramos con abundante documentación, muy digna de estudio y consideración, que es lo que hemos hecho.

Pero ya dijimos en su momento que por encima del espíritu de consenso debía prevalecer el deseo de acertar. Alcanzar un consenso sobre medidas erróneas sería el fracaso de la Comisión y un riesgo para la ciudad, y lo cierto es que junto con medidas acertadas, que compartimos y que, algunas de ellas, hemos venido proponiendo en el Ayuntamiento los meses previos, que coinciden además con dictámenes elaborados por los propios técnicos municipales, se han incluido otras muy cuestionables que no añaden nada en la lucha contra la pandemia ni a la necesaria recuperación económica. Mientras ha permanecido reunida la Comisión se ha presentado una propuesta de recalificación de terrenos para la construcción de un hospital privado que cumplía con todos los objetivos marcados, captar fondos para el Ayuntamiento, atraer inversión privada, reactivar la actividad económica y crear puestos de trabajo, sin contraindicación u objeción alguna que pudiera sostenerse racionalmente, que nosotros hemos apoyado, mientras que parte de los partidos que continuaban pactando no. Una contradicción en toda regla.

Queremos recordar la frase de uno de los agentes sociales que intervinieron en los debates: “Está demostrado que se sale antes de las crisis disminuyendo gastos que incrementando impuestos.” Algo que no han tomado en consideración los partidos que han aprobado el dictamen. Se mantienen todas las subvenciones municipales (que, recordemos, no salen del bolsillo de los políticos sino de los ciudadanos), pero no se disminuyen los impuestos a los sectores más afectados por la crisis, que son los que verdaderamente necesitan ayuda para no cerrar sus negocios y mantener los puestos de trabajo. “Se estudiará su disminución”, dice el dictamen. Justo lo contrario de lo que han hecho los partidos que gobiernan el Ayuntamiento de Madrid. Allí, el día 30 de mayo, se publicó la bonificación de dos impuestos, Bienes Inmuebles y Actividad Económica, una decisión que nos gustaría poder haber apoyado aquí. Otras medidas, ideología de género, restricciones al tráfico rodado… sencillamente no aportan nada.

Pero ese dictamen nace incompleto. Faltan las modificaciones presupuestarias capaces de hacer frente a sus pretensiones. ¿Qué presupuesto será capaz de dar soporte a ese dictamen? ¿Alguien entre los firmantes ha hecho el mínimo ejercicio de responsabilidad de apuntar siquiera o sugerir qué partidas de gasto deberían minorarse? Sentimos romper el encanto, pero convendría recordar -por simple responsabilidad- que detrás de las cartas a los Reyes Magos hay siempre una factura.