Opinión

Las multinacionales no funcionan con el corazón

Los trabajadores que hemos estado empleados en las empresas del automóvil, y los que actualmente trabajan en el mismo, sabemos de sobra cómo se comportan y actúan los fabricantes de coches. Su objetivo, como la de todo proyecto empresarial, es obtener el máximo beneficio económico; si bien, durante los años de funcionamiento que llevan en España también han aportado un beneficio social y una gran inquietud.

Es el caso de Aragón, cuando General Motors España (GME) planteó, de forma contundente, que se iba de la Comunidad y de España. De hecho se fue, en el año 2017, de Aragón, de España y de la Unión Europea (UE), y lo hizo con un aterrizaje muy suave, gracias al interés del grupo francés PSA de adquirir las instalaciones y la producción de GME y, porque Alemania – con el gobierno de la canciller Merkel a la cabeza – presionó para lograr mantener la capacidad productiva en Europa.

La deslocalización y la globalización van de la mano y muchos sectores se tambalean en España y en Aragón; entre ellos, el automóvil, que vive una gran convulsión que se direcciona hacia la reestructuración afrontando los nuevos retos: la contaminación, la tecnología, la competitividad, los costes, la movilidad…

Los diferentes gobiernos, los políticos, la CEOE y los agentes sociales, durante estos últimos 43 años, no han conseguido estar a la altura que demanda un mundo en permanente ebullición y cambio; necesitando una constante revisión del modelo económico e industrial para saber generar nuevas alternativas a sectores que se agotan o que requieren una transformación; así como intuir o ver por dónde vienen los nuevos yacimientos de generación, no solo de riqueza, de empleo; así como avanzar en la salud y el bienestar social de la ciudadanía.

El Covid-19 ha puesto muchas cosas sobre la mesa, destacando el impulso de los cambios tecnológicos. Y, entre ellos, el control de la humanidad, ¿mejoraremos?

Lo de Nissan, lo de… se veía venir. Hay que luchar, pero los métodos tradicionales no dan resultado ¿globalizar el conflicto? Hoy se ve la necesidad de explorar nuevos campos y la necesidad de emplazar al capital a invertir, ¿difícil? ¿Imposible? Ese es el reto.

¿Qué materia gris tenemos en España capaz de generar proyectos, iniciativas, investigación…? ¿Es posible? ¿La Unión Europea se puede revitalizar?

La UE tiene grandes recursos económicos para seguir impulsando una Europa de bienestar y progreso. Todos aquellos que pretendan construir un discurso de gran depresión, va dirigido a castigar a la ciudadanía y, preparar el terreno, para impulsar nuevas reformas que empobrecerán a los trabajadores y dañan el Estado de Bienestar.

Deseo que la Comisión de Reconstrucción, constituida en el Congreso de los Diputados, tenga la altura de miras, para saber la capacidad que tiene España y la UE y encuentre el camino de fortalecer a la sociedad civil. ¿Creemos?