La posible construcción de un hospital privado en Zaragoza, que se situaría en la prolongación de la avenida Gómez Laguna, ha sido llevada al Pleno por parte de IU Aragón. Su coordinador general y diputado autonómico, Álvaro Sanz, ha querido conocer la posición del presidente de la Comunidad Autónoma. Así, Lambán ha querido dejar claro que si bien respeta la colaboración público-privada, le parece “absolutamente innecesaria” la construcción de este nuevo centro.
El máximo mandatario se ha mostrado claro en su defensa “acérrima” de la sanidad pública, pero también ha recordado que lo es en su defensa de la “autonomía municipal”. Es decir, que no juzgará “nunca” como presidente de Aragón las actuaciones que realicen los ayuntamientos de la Comunidad Autónoma, pero sí que luego, como presidente de un gobierno de coalición, actuará “de manera coherente” con sus pactos y con las “propias prioridades del Ejecutivo”.
Lambán ha insistido en que no es necesaria en este momento la construcción desde el punto de visto del “interés general de los aragoneses”, recalcando que el Covid-19 ha puesto de manifiesto que la sanidad pública de Aragón es “poderosa” y ha respondido de “manera satisfactoria”. Incluso ha puesto como ejemplo que se construyeron hospitales de campaña durante la pandemia que ni siquiera se necesitó usarlos o que el sistema público no ha tenido que derivar pacientes al privado mientras que sí se han dado casos en dirección contraria.
Mientras Sanz le pedía mayor contundencia en su posición, el máximo responsable del Ejecutivo aragonés ha respondido: “¿Qué quiere que haga, que coja el lanzón de Don Quijote y salga al campo a asesinar empresarios o algo similar?”. También ha recordado que en Aragón la media es de cuatro camas por cada 1.000 habitantes, por tres en el panorama nacional, y que es la segunda Comunidad Autónoma en número de camas, por lo que es momento de sentirse “orgulloso”.
Lambán, eso sí, se ha definido como acérrimo defensor de la iniciativa privada pero con matices, que es garantizar a los ciudadanos seguridad existencial e igualdad de oportunidades, afirmando que “eso sólo es posible con sistemas públicos fuertes, de calidad, gratuitos, que no segreguen a los ciudadanos desde su nacimiento o que en función de la disponibilidad de rentas les encaminen en una u otra dirección”. Por ello, insiste en que “eso sólo se consigue con una sanidad y educación pública fuerte y unos servicios sociales que si son gestionados por empresas del tercer sector es absolutamente admisible porque esas entidades no tienen ánimo de lucro”.
