Opinión

Mis vivencias y reflexiones durante la crisis sanitaria del Covid-19

Esta colosal crisis sanitaria, pandemia mundial, está teniendo efectos colaterales demoledores en la economía, en las empresas, en los trabajadores y en los consumidores. Los analistas financieros estamos constantemente basándonos en expectativas con probabilidades subjetivas, nos movemos en una disciplina académica y profesional más difícil que la Física Cuántica, porque el electrón hace lo que tiene que hacer, pero el devenir de las personas, las empresas, las instituciones y los mercados no son fáciles de pronosticar y no es una realidad escrita en términos matemáticos, como parece que ocurre en la Física siguiendo con ese símil.

Hecha esa introducción y planteamiento general paso a mi caso particular de cómo estoy viviendo la crisis sanitaria . Mi caso ha sido como el de muchos europeos, muchos ciudadanos del mundo, muchos españoles. A punto de cumplir 50 días confinado tengo que decir que unas semanas antes de que empezara la reclusión ya notaba que algo importante podía ocurrir y, entre otra cosas dejé de ir al gimnasio habitual al que voy en Stadium Casablanca.

Comenzado el encierro, mi actividad docente, y ya no tanto investigadora como en otros tiempos, se ha transformado con respecto a la metodología docente que necesariamente ha sido telemática. Ha sido un gran reto dominar alguna que otra plataforma informática, introducir temas con audio sincronizado, cuestionarios de autoevaluación automática, salas virtuales de reunión y otras lindezas del ciberespacio.

En general, aunque he tenido agotadoras jornadas de interactividad con estudiantes a través de correo electrónico, móvil y salas virtuales, el balance es muy positivo, ya que he interactuado mucho más con los estudiantes y los conozco mejor, quizás porque desde la distancia ellos ven menos barreras y se sienten más cómodos para plantear dudas, reflexiones, sugerencias, etc.

En un plano personal, justo dos días antes del confinamiento, nació mi primera nieta, a la que conozco sólo por fotos y videollamadas. No he sentido tanto el vacío y la lejanía de no poder tener entre mis brazos a mi nieta como le ha ocurrido a mi esposa, porque he estado fundamentalmente muy concentrado con la docencia, también con un excelente Grupo Privado sobre Economía, Finanzas y temas interrelacionados que he creado en redes sociales, así como un contacto especial telemático con mi entrañable Peña Cicloturista y Gastronómica Los Podencos de Stadium Casablanca.

Volviendo a la crisis, creo que hubiera sido conveniente desde el primer momento haber hecho test masivos para discriminar los infectados de los no infectados. Ahora se produce la denominada “desescalada “ y la “nueva normalidad”, pero seguimos sin tener test masivos que discriminen. Estoy convencido de que universidades, hospitales y laboratorios irán consiguiendo poco a poco mejores tratamientos para tratar la enfermedad y se doblegará finalmente con una vacuna. Pero el mundo va a cambiar y mucho.