Nacen cinco nuevos ejemplares de quebrantahuesos en el Centro de Rescate y Cría de Aragón

Una vez que los pollos superen las primeras semanas de vida son trasladados al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
photo_camera Una vez que los pollos superen las primeras semanas de vida son trasladados al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido

El programa de cría de quebrantahuesos desarrollado en el Centro de Cría en Aislamiento Humano (Criah), gestionado mediante un convenio de colaboración entre el Gobierno de Aragón y la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ), ha conseguido en esta temporada 2020 la eclosión con éxito de 5 ejemplares de quebrantahuesos rescatados del Pirineo en situación de riesgo.

El Criah, situado en las instalaciones del Gobierno de Aragón en La Alfranca de Pastriz, ha recibido en los últimos meses un total de 10 huevos procedentes de nidos en situación de riesgo del Pirineo aragonés, considerados todos ellos de “alto riesgo” de fracaso. Los huevos fueron rescatados en diciembre y enero por el Grupo de Intervención en Altura de los Agentes de Protección de la Naturaleza del Gobierno de Aragón, en colaboración con personal de la FCQ. De ellos, solo 5 resultaron estar embrionados (fecundados), siendo estos los que finalmente han eclosionado gracias a la asistencia de los veterinarios y expertos en cría de quebrantahuesos del Criah.

Los pollos nacidos en este centro pasan los primeros y delicados días tras su nacimiento en una atención permanente por parte del equipo de cuidadores de la FCQ, donde son vigilados y atendidos día y noche. Las continuas interacciones entre los cuidadores y cada pollo se realizan exclusivamente mediante señuelos naturalizados de gran realismo, que evitan el contacto directo y así la impronta del pollo con los técnicos.

Una vez que los pollos superen las primeras semanas de vida, hayan alcanzado su natural capacidad fisiológica de termorregulación a los 19/22 días de vida, y comiencen a emplumar, serán trasladados al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido para continuar allí con su desarrollo, en una segunda fase de aprendizaje conductual en presencia de los quebrantahuesos silvestres que frecuentan el punto de alimentación suplementaria instalado en el Parque, abastecido gracias al personal del propio Parque Nacional.

Cuando se complete esa fase, hacia los meses de junio y julio, se espera que todos ellos puedan ser trasladados al Parque Nacional de los Picos de Europa para su liberación dentro del programa de reintroducción del quebrantahuesos en la Cordillera Cantábrica. Allí se unirán a los 23 ejemplares que pueblan esas montañas a fecha de hoy y, si todo sigue como hasta ahora, lo harán en compañía del primer pollo nacido en libertad en Picos de Europa tras 70 de ausencia de la especie.

Este año, el trabajo en el Criah está siendo especialmente complicado por la aparición de la Covid-19, que ha condicionado en gran medida las distintas tareas que realiza el personal técnico especializado, lo que ha supuesto una mayor dosis de esfuerzo del ya habitual.

En el Criah ya han nacido 38 pollos de quebrantahuesos

Desde su apertura en el año 2010, en el Criah han nacido 33 pollos, a los que hay que sumar los cinco de esta temporada. De ellos, todos salvo uno (que permanece en cautividad por enfermedad) han sido liberados al medio natural: 29 en los Picos de Europa y tres en los Pirineos. La actividad del Criah se sustenta exclusivamente de huevos procedentes de territorios de unidades reproductoras de quebrantahuesos que arrastran un largo y continuado historial de fracasos, y que son intervenidas para rescatar las puestas.

Las intervenciones se realizan no solo para intentar sacar adelante a los embriones, sino también para obtener datos que permitan averiguar algo más sobre las causas del fracaso reproductor en la especie, que puede llegar a ser muy elevado: de las aproximadamente 90 Unidades Reproductoras presentes en Aragón, cada año sacan su pollo adelante poco más de 20.

Algunos territorios pueden acumular más de 10 años de fracaso reiterado -hasta 13 en uno de los territorios intervenidos en el prepirineo aragonés este año-, y por lo que se sabe hasta ahora, la casuística de los fracasos es variada: desde la mala calidad del territorio en el que se ubican, a la desatención de los progenitores, molestias en fases críticas de la incubación o problemas de infertilidad en algún miembro de la pareja.

Estas investigaciones son de especial relevancia para la conservación de la especie, y permiten además apoyar su recuperación en otras cadenas montañosas mediante la cesión de los animales que consiguen sacarse adelante tras su nacimiento y cría en cautividad. Al intervenir exclusivamente sobre parejas que fracasan de manera reiterada, no se altera la dinámica poblacional natural (además solo se llega a intervenir en algo menos del 4% de la población), pero sí se consigue recuperar para la población global de quebrantahuesos parte del acervo genético que las parejas que fracasan no pueden aportar por sus medios, ya que una vez criados, los individuos rescatados son reintroducidos en la naturaleza.

Aragón, comunidad clave en la recuperación de la especie

Los esfuerzos desarrollados en Aragón en materia de conservación del quebrantahuesos, especie amenazada y emblema de nuestro territorio, pero extinguida en gran parte de los países europeos donde habitaba hasta mediados del pasado siglo XX, están siendo decisivos en la restauración de la especie en la Península Ibérica.

Fruto de este trabajo y de la permanente voluntad de cooperación supra-autonómica que fundamenta el convenio de colaboración entre el Gobierno de Aragón y la FCQ, el Parque Nacional de los Picos de Europa (el primero en declararse en España junto con el de Ordesa y Monte Perdido), ha recuperado de la extinción a esta rapaz, algo confirmado por el nacimiento en el pasado mes de marzo del primer pollo en libertad desde 1957, y la experiencia puede ser un buen modelo a seguir para próximas iniciativas en otros sistemas montañosos ibéricos.