El aula invertida, metodología en tiempos de "alarma"

Esta propuesta forma parte de una PNL presentada por el PP
photo_camera Esta propuesta forma parte de una PNL presentada por el PP

La «clase invertida» o «aula invertida» (flipped classroom) es una metodología que integra las tecnologías y la actividad presencial en el aula. Sus principios pueden ser trasladados al contexto actual de confinamiento que nos impone el «estado de alarma» por el COVID-19. La presencialidad en el aula se puede sustituir con la telepresencialidad o la tutorización en línea. Es importante por ello los esfuerzos que puedan realizarse para que el alumnado tenga acceso a equipos informáticos y conexión a internet. Sin embargo, la clave del aula invertida está en la organización de la actividad o práctica docente que se desea desarrollar.

Esta metodología de enseñanza traslada fuera del aula de clases la lectura, la visualización de vídeos y el aprendizaje de un tema o un aspecto de este. La conveniencia de su uso puede estar determinada por el tipo de contenido. En general, los contenidos más factibles de ser trasladados fuera del aula son: las teorías, los conceptos, las explicaciones de procesos o los comentarios del profesor. Por eso, es importante realizar una selección estratégica de materiales que estén accesibles vía internet o la elaborar contenidos propios. Estos recursos podrían combinar diferentes formatos: textos, audios, vídeos, material gráfico, entro otros. Es un aprendizaje individual en el cual, con las orientaciones previas del profesor, el estudiante tiene el objetivo de preparar el tema, descubrir datos, plantearse dudas y reflexionar sobre el tema propuesto siguiendo las indicaciones del docente.

La siguiente fase es trasladar este aprendizaje individual a un entorno de aprendizaje grupal: un aula de clases o un aula virtual. Este entorno de participación y de interacción es guiado por el docente para que el conocimiento sea compartido entre todos. Un conocimiento en el cual el profesor asume diversos roles en el debate grupal: modera, matiza, precisa o aporta más información a partir de las cuestiones planteadas por el alumnado durante la sesión.

En el centro de esta metodología está el alumnado. Este enfoque visualiza el aula de clases con otra perspectiva. El aula, sea física o virtual, es un espacio para la construcción del conocimiento. Es un espacio de experiencia educativa y no meramente de instrucción. Este objetivo se alcanza con el aporte del propio alumnado quien expone sus impresiones, valoraciones y conocimientos propios adquiridos en el proceso.

Desde la perspectiva del profesorado su rol cobra importancia por ser quiénes diseñan, organizan, monitorizan y evalúan todo el proceso. Son los actores que dirigen y acompañan el aprendizaje a partir de los descubrimientos que realiza el alumnado a través del intercambio entre los compañeros y de los materiales estratégicamente identificados, facilitados o creados.

La familia tiene un rol importante en la educación. En el aula invertida, tiene mayor relevancia. El hecho es que en este proceso la vivienda se transforma en una sala de estudio y en un aula. La familia aporta también sus impresiones, valoraciones, comentarios y detalles sobre los temas. Son parte también activa del proceso de enseñanza. El alumnado trasladará, y también recibirá, todo ese descubrimiento en el aula grupal aportando, sin lugar a duda, conocimientos y experiencias.