Opinión

Cinco claves psicológicas frente al coronavirus

Parece que las personas aisladas en Wuhan, la ciudad origen del coronavirus y que fue la primera en ser puesta en cuarentena, indican que están pasando un infierno por culpa del aislamiento. De cara a prevenir posibles trastornos psicológicos en la población española, caso de tener que afrontar este tipo de situaciones, la psicología nos propone que abordemos este problema como una oportunidad.

Después de la llegada de este virus, nuestra vida no es la misma que antes, nuestra vida ha cambiado. Al menos durante un tiempo, nuestra vida va a ser diferente. Estamos acostumbrados, en especial en los países mediterráneos, a salir mucho de casa, a quedar en los bares o terrazas con los amigos, a pasear, conversar, charlar… Pero, todo esto cambia cuando una pandemia aparece en nuestro entorno. A muchos de nosotros se nos ha recomendado permanecer en casa, salir poco a la calle, incluso para ir a trabajar. Y, a algunos de nosotros se nos tiene aislados. Entonces qué podemos hacer.

Resiliencia es la palabra. Aprender a abordar las situaciones difíciles y aprender a estar solos. Lo primero es hacer ejercicios de minfulness, esto es, aprender a vivir el presente, solos, hablando con nosotros mismos, disfrutando de nuestra propia condición humana. Para ello, se nos recomienda hacer todos los días unos ejercicios de autoconcentración que pueden comenzar con cinco minutos e ir progresivamente aumentando conforme vayamos adquiriendo destreza en ello. A modo de ejemplo, un ejercicio simple es establecer una posición cómoda sentados en una silla, con las manos sobre los muslos, con los ojos cerrados, con la espalda ligeramente curvada hacia adelante y los ojos cerrados. En esta posición, durante ese breve tiempo dedicaremos nuestro pensamiento solo a pensar en el aire que entra y sale por nuestra nariz. Y, cuando la atención se disperse, volver a centrar amablemente de nuevo nuestra atención sobre la respiración.

Lo segundo, hacer ejercicio. Seguro que en Internet encontramos números ejercicios para hacer en el espacio reducido de una habitación: correr sin desplazamiento, ejercicios de relajación, saltar, levantar pesos con los brazos (nos pueden servir los bricks de leche); en definitiva, no quedarnos quietos. Esto es realmente molesto, pero con el tiempo se crea el hábito y nos acostumbraremos.

Tercero, utilizar todas las tecnologías a nuestro alcance; televisión, video, ordenador, canales de televisión, etc. Para ver películas, documentales, programas de entretenimiento. Cuarto, aprovechar ahora que tenemos todo el “tiempo para nosotros mismos” para retomar viejos hábitos de lectura o de aprendizaje (el inglés puede ser una oportunidad), para escribir, para pintar…

Y quinto, por supuesto, no perder el contacto con el exterior a través del móvil, de las redes sociales, de emails. Que estemos separados físicamente no significa que estemos alejados unos de otros. Incluso, a través de las redes, podemos retomar viejas amistades.

El aislamiento físico puede ser una gran oportunidad para reorientar nuestra propia vida y para encontrarnos con nosotros mismos como predican las filosofías orientales. No en vano el coronavirus ha venido, también, desde Oriente. ¡Ah!, por cierto, crisis en chino significa oportunidad. ¡No la desaprovechemos!