Las universitarias se unen “en defensa y promoción de las políticas de igualdad”

Momentos antes de empezar la lectura del manifiesto
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La comunidad universitaria se ha unido en una voz de apoyo a las reivindicaciones del próximo Día de la Mujer el domingo 8 de marzo. Para ello, la estudiante Maryna Kolisnyk ha leído este miércoles un manifiesto en las escaleras del edificio Paraninfo, dentro del programa preparado por la Universidad de Zaragoza con motivo del 8M.

Kolisnyk ha valorado como uno de los “hitos democráticos de la sociedad española” los avances producidos en la consecución del principio de igualdad entre mujeres y hombres. Avances resultados de “muchos esfuerzos desde distintos ámbitos, entre ellos de las universidades que tienen un papel primordial en la transmisión de valores”.

Ha resaltado la importancia del aumento de mujeres en los órganos de poder universitarios, pero considera que “aun existen desigualdades”, al verse las carreras de muchas mujeres científicas truncadas al “tener cargas de trabajo de cuidados que asumen mayoritariamente las mujeres”. Por lo que las universidades, y los órganos que la rodean deben “promover la igualdad con actuaciones, contenidos y compromisos que se enderecen precisamente a lograr ese objetivo”.

Ha afirmado que en España se cuenta con una larga trayectoria en estudios universitarios de género, con “magníficos” equipos de investigación académica que logran conocimiento científico y que “identifican problemas relacionados con las desigualdades, incluida la violencia o la tutela y promoción de la seguridad y salud, fenómeno cuya definición y descripción ha producido un importante y riguroso corpus teórico que no merece ser cuestionado con argumentos exclusivamente ideológicos”.

Ha finalizado con la expresión de la preocupación por los debates todavía presentes que “cuestionan la existencia misma de las políticas de igualdad y de lucha contra la violencia de género, con el equívoco argumento de que discriminan a los hombres, despreciando un corpus teórico avalado científicamente, o incluso cuestionando la veracidad de los datos estadísticos”. Han exigido, por tanto, que el debate político trate “con rigor y responsabilidad” las políticas de igualdad, y se permita que “las aportaciones académicas especializadas, el conocimiento experto de género y las investigaciones y estudios avalados científicamente que pueden encontrarse en nuestras universidades, ilustren dichos debates”.