Canciones, música y poesía en el aprendizaje

Serrat es uno de los artistas españoles en activo con mayor proyección internacional de las cinco últimas décadas
photo_camera Serrat es uno de los artistas españoles en activo con mayor proyección internacional de las cinco últimas décadas

La poesía, la música y las canciones son esenciales en la enseñanza. Sea por la lectura, escucha o como proceso creativo es una experiencia que puede ser enriquecedora. Consideré oportuno resaltar esta idea con motivo de la investidura como doctor honoris causa de Joan Manuel Serrat por la Universidad de Zaragoza. Serrat señalaba que su reconocimiento es también el reconocimiento a «un colectivo de mujeres y hombres que han construido su vida a partir del oficio de cantar». Un oficio vinculado con la poesía: «esta parcela de la poesía que es la canción popular, a la cual represento y a la que me dedico».

Serrat, en su «discurso de aceptación», abordó diversas cuestiones. He identificado algunas claves que, a mi manera de entender, podrían ser valoradas, en especial por las familias y el profesorado, para reforzar la importancia de la música, la poesía, las canciones y la actividad creativa en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

«Con canciones me expreso y me comunico con los demás», afirmaba Serrat. Escribir, componer y cantar son formas de expresarse.  Las canciones son parte del contexto cultural de las personas en todas las edades. Quien más quien menos tiene un listado de canciones que constituyen la banda musical de su vida. No me refiero exclusivamente a las comerciales o aquellas de mayor difusión. Canciones que fueron cantadas por nuestras madres, padres, familiares, amistades o por interpretes improvisados en las fiestas populares. Las canciones que se recuerdan vienen casi siempre acompañadas de vivencias. Serrat afirmaba: «Todo momento tiene una banda sonora y todos tenemos nuestra canción». Expresarse a través de las canciones, sean de otros o propias, es una manera de comunicar sentimientos e ideas. «Cantando compartes lo que amas y te enfrentas a lo que te incomoda», señalaba Serrat. Fortalecer esta práctica en los centros en materias o actividades concretas, bajo la guía del docente, abre un abanico de posibilidades de aprendizaje.

Escribir canciones implica utilizar «el valor y la fuerza de la palabra». El proceso de escribir una canción, en palabras de Serrat, es «mirando a mi alrededor, pero también volviendo la mirada a mis interiores». Escuchar «las voces de la calle», pero «también los ecos». Dejar volar «los pensamientos», pero «también clavando los codos en la mesa». Competencias transversales: observar, reflexionar, escuchar, motivarse, ilusionarse y esfuerzo para alcanzar un objetivo. Escribir, señalaba acertadamente Serrat, es «mucho más que el fruto de momentos inspirados».

Serrat se identifica como una persona que tiene el «oficio de cantar y de escribir canciones». Pero, también es una persona comprometida con la sociedad y con su tiempo. Algunas de sus canciones son reflejo de las diversas realidades humanas que nos rodea. Contexto que niños y adolescente debería ir aprendiendo a mirar, entender, comprender y, si fuera posible, aportar soluciones y actuar; quizás no sea el momento de la acción, pero llegará en un futuro muy cercano. Los niños y niñas, esos «esos locos bajitos» a los cuales se refiere Serrat en una de sus canciones (álbum En tránsito), serán quienes asuman responsabilidades, lideren y tengan que tomar sus propias decisiones con sus responsabilidades. Como dice la canción: «Nada ni nadie puede impedir que sufran / Que las agujas avancen en el reloj / Que decidan por ellos, que se equivoquen / Que crezcan y que un día nos digan adiós».

Las canciones son una vía para crear experiencias de reflexión sobre el mundo en el cual viven y vivirán. Más importante que el resultado de una canción es el proceso de aprendizaje que conlleva. En estos tiempos, decía Serrat, «que los músicos no paren de hacer sonar sus instrumentos y los poetas no dejen de levantar la voz. Que los gritos de la angustia no nos vuelvan sordos y que lo cotidiano no se convierta en normalidad capaz de volver de piedra nuestros corazones».

El proceso de crear canciones es un modo de conocer. La búsqueda del conocimiento -aprender a aprender- en cualquier momento de la vida impulsa a las personas a estar en movimiento. En este punto seguramente todos coincidirán con Serrat: «El conocimiento nos ayuda a reconocernos. A entender más y mejor el entorno del que formamos parte y del que dependemos. A superar los obstáculos».

¿Dónde obtener el conocimiento? La respuesta implica esfuerzo. Son esenciales tener acceso a las fuentes del conocimiento. Escoger las mejores. Se requieren dominar competencias esenciales para intentar acceder a ellas y extraer la mejor información posible. Requiere reflexión y análisis para cribar información. Seleccionar las mejores canciones. Las mejores lecturas. Experiencias enriquecedoras. Ampliar la cultura. Conocer y respetar al otro como persona. Valorar la vida. ¿Toda fuente de conocimiento es válida? Ignorar las dificultades no hará que desaparezcan. El tiempo que nos toca vivir es también una fuente amplia de ideas, información y de conocimiento. Conocer el tiempo que nos toca vivir y cómo vivirlo es también una competencia por adquirir. Estamos en una dinámica consumista, ruidosa y de intoxicación informativa. Estamos, en palabras de Serrat, en «tiempo de confusión y angustia, de soledad y falta de referentes, donde se ha perdido la confianza en el sistema, en sus representantes y en sus instituciones, donde los jóvenes se sienten engañados y los mayores traicionados y donde más que nunca nos necesitamos los unos a los otros».

En este tiempo «todos somos importantes y todos tenemos que sentirnos importantes» acotaba Serrat. Adecuado a cada edad se requieren: reflexión, sentido crítico e incentivar la voluntad de optar por aquello que hace feliz a la persona y a quienes le rodean. Es una vía para ser y sentir a los niños y adolescente importantes. Comprender que son parte activa de una dinámica social en la cual es factible aportar una visión diferente e importante. La escuela es un lugar para ser y sentirse importante.

Las familias tienen su responsabilidad; pero, la escuela, el instituto o la universidad, -con sus características específicas-, son los centros en los cuales el conocimiento fluye a través de todo aquello que permita reflexionar, entender y comprender el mundo en el cual vivimos y cómo posicionarnos ante él. Son espacios para aprender a aprender y aportar ideas.  Se habla de crisis económica, pero «más que una crisis económica, estamos atravesando una crisis de modelo de vida», afirma Serrat.

Finalmente retomando una de las ideas de Serrat en este discurso: «Cantando conjuras los demonios y conviertes sueños en modestas realidades».