Más de 239.000 hogares aragoneses manifiesta dificultad para llegar a fin de mes

La población más vulnerables no suele beneficiarse a corto plazo del crecimiento económico y se convierten en víctimas de la brecha social
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El próximo 20 de febrero se celebra el Día Internacional de la Justicia Social. En este contexto y, por cuarto año consecutivo, la Fundación Adecco presenta el informe “Un empleo contra la exclusión”, con el objetivo de subrayar la importancia del empleo como factor clave para reducir la pobreza y la exclusión social, y dignificar la vida de las personas. El estudio acoge como base los datos de la última Encuesta de Condiciones de Vida (ECV), elaborada por el Instituto Nacional de Estadística, en la que se afirma que un 44,6% de los hogares aragoneses manifiesta algún grado de dificultad para llegar a fin de mes. Este porcentaje, aplicado al número total de hogares en Aragón aportado por la Encuesta Continua de Hogares (ECH) -537.600-, da como resultado que 239.769 hogares en la región atraviesan dificultades económicas en su día a día.

Concretamente, un 4,1% termina el mes “con mucha dificultad”, un 11,9% “con dificultad” y un 28,6% “con cierta dificultad”. El porcentaje se ha incrementado un 11,8% con respecto al año anterior, cuando alcanzó el 32,8%. El responsable de Fundación Adecco, Francisco Mesonero, argumenta que el crecimiento de variables macroeconómicas como el PIB “no conlleva necesariamente una reducción de la pobreza”, ya que dichas dimensiones “no miden el bienestar social real”. Así, ciertos segmentos de la población tradicionalmente más vulnerable, explica, “no se benefician a corto plazo del crecimiento económico y se convierten en víctimas de la brecha social”.

En este contexto, prosigue, “el empleo sostenible se alza como la principal herramienta para combatir, no solo las dificultades económicas de las familias, sino también la desigualdad social que de ella se deriva, impactando en áreas como la calidad de vida, la seguridad o la salud de las personas, que sí son indicadores de bienestar social.”. Por todo ello, apunta tajante, a que el reto es que grupos de población -como personas con discapacidad o mayores de 55 años parados de larga duración- “no solo accedan al mercado laboral, sino que tengan garantías de consolidarse en el mismo y tener una vida digna”.

Diversidad e inclusión, el antídoto contra la pobreza 

Si existe un actor que cobra protagonismo en la generación de empleo sostenible para todos, “es el tejido empresarial”, apunta Mesonero. Las empresas, como agentes sociales que crean empleo y riqueza en nuestro país, tienen ante sí la gran responsabilidad de implicarse en este reto de primera magnitud que “ha de estar en la agenda de todas las compañías”. La apuesta debe ser firme, alineándose con la erradicación de la pobreza marcada por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), e impulsando “políticas de Diversidad e Inclusión que eliminen la discriminación en los procesos de selección y valoren la diferencia como elemento enriquecedor y de competitividad”, manifiesta.

Además, el directivo añade que las compañías actuales han de encarar “el reto de diseñar estas estrategias en un momento de gran incertidumbre y polarización social”. Sin embargo, hay que actuar “con convicción, con la motivación de que es positivo, no solo para aumentar la competitividad de la empresa, sino también para reducir la brecha social”, alega.

Abatir la desigualdad, prioridad empresarial 

La exclusión social y la desigualdad son los grandes enemigos de España y, por tanto, adquieren un papel determinante en las estrategias de Diversidad & Inclusión de las empresas, que habrán de desarrollar acciones de inclusión sociolaboral que empoderen a los más vulnerables, así como otras iniciativas dirigidas a reducir las situaciones de desigualdad (por ejemplo, brecha salarial, empleo de las personas con discapacidad, accesibilidad, acoso o discriminación).

Para Mesonero, el tejido empresarial “tiene mucho que decir en el marco de la Agenda 2030 y en los años venideros habrá de seguir avanzando para conocer mejor la realidad social, identificando proyectos y acciones a los que contribuir para reducir la exclusión y abordando de manera operativa situaciones de desigualdad” en el contexto empresarial.Sin embargo, “no se trata únicamente de paliar desigualdades, dice, sino de “aprovechar la diversidad como factor que mejora la competitividad, al optimizar la relación con los principales grupos de interés”. Es tarea de todos: de clientes, empleados y colaboradores.