El Real Zaragoza pasará otro fin de semana sin jugar. Si hace dos semanas los jugadores del Sporting enfermaban y no se podía disputar el enfrentamiento, esta vez ha sido la lluvia la que ha imposibilitado el partido ante el Mirandés. Lo cierto es que, durante todo el día, las fuertes lluvias han afectado a la localidad, y los conjuntos buscan ahora nueva fecha para el encuentro en Anduva.
Ambos equipos han estado de acuerdo con la suspensión. Cuando los árbitros han ido a comprobar el estado del campo, han percibido que el balón no rodaba y el terreno de juego era impracticable. Ha sido entonces cuando han comentado a ambos equipos la posibilidad de aplazar el encuentro, y los dos han estado de acuerdo. Después de volver a salir, han confirmado que el partido no se iba a jugar.
El entrenador del Real Zaragoza, Víctor Fernández, ha calificado de “impracticable” el estado de Anduva, y ha afirmado que no se podía jugar “sin asumir riesgos”. “Con cien operarios trabajando, achicando agua y rezando porque no lloviese más igual había alguna posibilidad, pero en este estado no”, ha afirmado.
Se trata del tercer encuentro que se suspende esta temporada para el Real Zaragoza. Es algo inédito en el fútbol español, y más a estas alturas de la competición. Primero fue el Fuenlabrada, con la plantilla inmersa en un proceso gastrointestinal. El Sporting de Gijón fue a causa de un proceso gripal, y en este último caso el causante ha sido el mal estado del terreno de juego.
También se ven especialmente afectados esos casi 1.500 aficionados zaragocistas, que se volverán sin fútbol. El míster les ha calificado como “unos valientes” y les ha agradecido su “lealtad” con el equipo, además de mandarles un abrazo. Al conocerse la suspensión, los jugadores se han acercado a las gradas visitantes para saludar a los aficionados y agradecerles el desplazamiento.
