El Juzgado de Instrucción nº1 de Alcañiz ha condenado a J.A.G., de 69 años de edad, a 19 años de cárcel por un delito continuado de abusos sexuales a una menor, otro delito de abuso sexual con penetración a otra menor y un último delito contra la salud pública. Por el primer delito el juez ha dictado una condena de cinco años, diez años por el segundo y cuatro años por el último.
El acusado, según refleja el magistrado en la sentencia, “permitía el acceso a su domicilio de Alcañiz a menores que, permanecían en el lugar como si se tratara de una peña”. Allí, el acusado proporcionaba a los menores de edad, además de bebidas alcohólicas, marihuana que consumían en el interior de la vivienda, llegando incluso a entregar pequeñas bolsas con marihuana para que estos la vendieran a terceras personas por cinco euros, repartiéndose cuatro euros para él y uno para el menor que lo vendía.
Entre las personas que frecuentaban el domicilio se encontraban dos chicas menores de edad (15 años), amigas entre ellas, que entablaron una relación de amistad con el acusado, que a cambio de alcohol y marihuana les pedía que “se dejaran acariciar”. En más de una ocasión, una de las menores accedió a ello, llevando a cabo el procesado, con ánimo lúbrico, “tocamientos sobre los muslos y órganos genitales femeninos por encima de la ropa, llegando a besarla en la boca”, según refleja la sentencia.
Un día en torno a octubre de 2018 ambas estaba en el domicilio del acusado y tras consumir varios chupitos de licor, el procesado se dirigió a la primera menor diciéndole que tenía “los pechos muy pequeños”. Ante ello la menor se marchó al cuarto de baño y tras subirse la camiseta y el sujetador miró sus pechos en el espejo, siendo tal situación observada por el investigado quien le espetó que tenía “los pezones metidos hacia dentro y que él sabía cómo solventar esa situación”.
Instantes después, tras abandonar el cuarto de baño, la menor se sentó en el sofá del comedor junto a su amiga, que poco después se marchó, quedando a solas con el acusado, quien “introdujo la mano por debajo del pantalón y la braga de la chica llegando a haber penetración”. Los hechos fueron puestos en conocimiento de la Guardia Civil por una de las menores, acompañada de su madre.
El día posterior a la denuncia, agentes de la Guardia Civil practicaron una diligencia de entrada y registro en el domicilio de José. Durante la inspección hallaron una braga en el dormitorio, además de pequeñas bolsas herméticas con cannabis, picador metálico de marihuana, dos libros de papel de fumar, dos picadores de plástico de marihuana, una maquinilla manual de liar, un bote de cristal vacío con fuerte olor a marihuana, un canutillo de plástico negro, dos botellas de licor de hierbas, una de licor de manzanas, dos porros y varios cigarrillos por la casa.
Además de las penas de prisión el magistrado le ha condenado a la pena accesoria legal de inhabilitación absoluta, la inhabilitación para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, y la prohibición de aproximarse a la víctima a una distancia no inferior a 300 metros, así como comunicarse con ella durante diez años. También se le ha interpuesto la pena accesoria legal de inhabilitación para cualquier profesión y oficio que conlleve contacto con menores de edad, por un tiempo superior a cuatro años al de duración de la pena de privación de libertad impuesta en la sentencia. Asimismo, el acusado deberá indemnizar a ambas menores con 3.000 euros a cada una por daños morales más los intereses legales y las costas del procedimiento.
Por el delito contra la salud pública también se le ha condenado a la pena de accesoria de inhabilitación para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena y una multa de 179,12 euros.
