La calle Alfonso luce una navideña bandera de España en el día de la Constitución

Las luces led rojas y amarillas han revestido la bóveda de la emblemática calle
photo_camera Las luces led rojas y amarillas han revestido la bóveda de la emblemática calle

Pasear por una iluminada Zaragoza es ya tradición en vísperas navideñas. Sin embargo, nunca antes los aragoneses habían vivido un 6 de diciembre como el de este 2019. La emblemática calle Alfonso I, que ayer inauguraba su manto de luminarias decorativas en un brillante blanco azulado, ha terminado luciendo los colores de la bandera de España en homenaje a la Constitución. Cuando ya a media tarde el ocaso cedía el paso a la oscuridad, la bóveda de la céntrica Alfonso desprendía la simbólica tonalidad roja y amarilla.

Las luces, situadas a seis metros del suelo, y compuestas por paños de 30 metros y 1.040 tiras con 100 leds cada una, han despertado la curiosidad de los miles de zaragozanos que, por voluntad o no, se han dejado caer por la zona. Podía apreciarse a muchos de ellos, móviles en alto, tratando de inmortalizar decentemente una panorámica de la rojigualda. No sin sudar el intento, pues el trasiego de personas dificultaba la hazaña.

Otros, en lugar de retratar el paisaje, se han decantado por plantarse delante de él a modo selfie para capturarse con la bandera a sus espaldas. Tampoco han pasado desapercibidos comentarios de todo tipo, tanto en la calle como en las redes sociales. Unos, exaltando la decoración “100% española” con la que se ha revestido la conocida vía del casco histórico. Otros, por el contrario, han admitido que, quizá, el movimiento haya resultado “demasiado atrevido”, máxime en un momento tan política y socialmente “convulso”.

Es, sin duda, la novedad más comentada de este año. No sin cierta controversia, las luces de la insignia cromática española se ha instaurado como un elemento más de la Navidad zaragozana. La decisión de que así lo fuera provino hace unas semanas del nuevo equipo de gobierno de la ciudad, pilotado por el alcalde Jorge Azcón, quien ha multiplicado por cuatro la inversión del pasado año, ascendiendo hasta los 400.000 euros.