La temporada invernal se ha convertido en uno de los grandes focos de atracción de Aragón para consolidarse como referente turístico. Sus 390 kilómetros esquiables en seis estaciones de esquí hacen de la Comunidad toda una potencia en este sector, siendo un puntal básico en la estrategia del Ejecutivo autonómico durante esta legislatura.
No en vano, las 345 pistas y 120 remontes que se pueden encontrar en el Pirineo y en el Sistema Ibérico ya son un motor para el desarrollo de estas comarcas. La nieve genera unos 1.300 puestos de trabajo de forma directa, así como otros 12.000 empleos indirectos, con una capacidad hotelera de 45.000 camas en un radio de 35 kilómetros del epicentro de las estaciones. De ellas, unas 6.000 se encuentran a pie de pista.
No obstante, y pese a estos datos, hay un aspecto incontrolable del que depende el éxito de cada temporada de nieve: que haya nieve. Esa fue la principal causa de la mala campaña 2018/2019, que tuvo pocas nevadas y, además, las altas temperaturas la evaporaban rápidamente. En diciembre de 2018, la reserva de nieve era prácticamente la mitad, un 46%, que la del 2017, provocando que Formigal, Astún y Valdelinares no abrieran hasta los días de Navidad.
Pero todo eso ya parece olvidado en esta campaña 2019/2020, cuando Formigal y Astún ya abrieron el 16 de noviembre, Cerler, Panticosa y Candanchú inauguraron la temporada el sábado 23 y las estaciones de Teruel (Javalambre y Valdelinares) prevén hacer lo propio en el último fin de semana de este mes. De hecho, Formigal-Panticosa se convirtió en el segundo dominio más grande del mundo, con 102 kilómetros esquiables, solo superada por Zermatt, en el corazón de los Alpes suizos.
Con estas previsiones, y con las estaciones a casi pleno rendimiento para el Puente de la Constitución, que además permite tener un “macropuente” de cuatro días, el Gobierno de Aragón se ha mostrado completamente optimista con esta campaña. La apertura de esas pistas a mitad de noviembre hace esperar que la Comunidad reciba a 1,5 millones de visitantes, lo que sería una cifra récord cercana a la de la temporada 2008/2009.
Todo el esquí en un forfait
Para disfrutar al máximo de esta experiencia, las seis estaciones se han vuelto a unir para ofrecer un producto único en el país: la tarjeta Ski Pirineos. De modalidad “postpago”, la tarjeta permite a sus titulares esquiar indistintamente en las siete estaciones de esquí aragonesas, teniendo acceso directo a las pistas sin pasar antes por taquilla y abonando el pago después de haber disfrutado de la nieve.
Los titulares de Ibercaja Ski Pirineos, sean o no clientes de esta entidad bancaria, obtendrán descuentos generales de un 15% sobre el precio de día aplicable en taquilla durante toda la temporada de esquí y del 35% sobre el precio de taquilla del forfait en los días de promoción que establezca cada estación.
Así, para la directora general de Turismo, Elena Allué, se trata de un “elemento muy potente y diferenciador que pretende relanzar la nieve de Aragón como un producto único en España”. “Ninguna otra comunidad autónoma es capaz de aglutinarlo. Solo se hace en Aragón gracias al esfuerzo de la colaboración público-privada y de las estaciones de esquí”, ha expuesto.
La mayor promoción turística
Pero el esfuerzo del Ejecutivo en la nieve no se quedará en el bono Ski Pirineos. Esta temporada de esquí contará también con una fuerte promoción desde el Gobierno de Aragón, que destinará 500.000 euros en este sentido, la mayor cifra de la historia para la difusión de la nieve aragonesa. “Supone un impulso al sector turístico que hace consolidar el empleo en las zonas de montaña y dinamiza su actividad económica y social”, ha señalado Allué.
Diseñada con el consenso del sector turístico y las estaciones, la estrategia de promoción incluye como principales destinos nacionales a Madrid, Cataluña, País Vasco, Navarra, Comunidad Valencia y el propio Aragón, así como Francia y Portugal con carácter internacional, con el foco puesto en la nueva línea aérea Lisboa-Zaragoza.
Esta estrategia de promoción utilizará elementos como la asistencia a diversos eventos, artículos en prensa especializada, campaña de imagen de gran formato, publicidad online y offline (prensa, radio o televisión) y fuerte presencia en redes sociales. Además, la nieve será uno de los principales ejes del stand de Aragón en Fitur.
El futuro, ¿la unión de las estaciones?
Pero ese objetivo de aglutinar todo el producto de la nieve va más allá de cuestiones turísticas o promocionales. En la pasada legislatura, partidos políticos como PSOE, PP, PAR y Ciudadanos se mostraban convencidos de relanzar la unión física de las estaciones de esquí de Formigal, Astún y Candanchú. Ello permitiría incrementar la competitividad con los grandes centros invernables del continente, como son Andorra, Baqueira, los Alpes y los Dolomitas.
En este sentido, Aramón ya inició en septiembre los trabajos para la ampliación de Cerler hacia el valle de Castanesa, lo que provocó el primer, pequeño, brote de tensión en el cuatripartito. El proyecto para ampliar la estación del valle de Benasque tiene un coste de unos 40 millones de euros y contempla cuatro remontes, una carretera de 7 kilómetros hasta el frente de nieve y un aparcamiento. La estación se ampliará de los 77 kilómetros actuales a 105 o 110.
Sobre este asunto, el vicepresidente del Gobierno de Aragón y consejero de Industria, Arturo Aliaga, garantizó que iban a poner “todos los esfuerzos” para “reforzar el liderazgo del sector de la nieve en España”. Asimismo, el responsable de marketing de Aramón, Josep María García, se limitó a anunciar “nuevos remontes” para los próximos años.
