Año y medio después de la conmoción que provocó la muerte de Raquel D. a manos de su pareja, David Pellicer, el magistrado presidente del jurado popular ha terminado condenado a este a 23 años de prisión con la agravante de parentesco y a la privación de la patria potestad de su hija –que compartía con la víctima- todavía menor de edad.
En la sentencia del denominado “Crimen de Las Delicias”, Pellicer, a pesar de haberse declarado insolvente, estará obligado a indemnizar a su hija con 250.000 euros, quien vive desde entonces con su abuela materna y madre de la víctima. Precisamente, durante los próximos 24 años, se le impone al condenado la prohibición de comunicarse o aproximarse a menos de 500 metros de los lugares en los que se encuentren “la hija” y “la abuela”, ni tampoco acercarse a sus domicilios o zonas de trabajo.
Asimismo, Pellicer deberá indemnizar a la abuela con 100.000 euros, y a los hermanos de la víctima con otros 100.000 euros a cada uno de ellos. La indemnización también deberá extenderse al Ministerio de Hacienda con 58.872 euros, cantidad correspondiente a lo abonado por el Estado a la hija, ahora de 11 años, como ayuda y asistencia como víctima de un delito violento.
De hecho, el Ministerio Fiscal, en sus conclusiones definitivas, calificó los hechos como constitutivos de un delito de asesinato “con alevosía”, sumado a otro delito de “maltrato psicológico habitual familiar” en el domicilio. El fallo concluye, además, que se le impondrá a Pellicer la libertad vigilada a lo largo de cinco años.
