Altas directivas de Aragón defienden normalizar a la mujer líder ante el riesgo de involución social

Clara Arpa, María Jesús Lorente y Ana Solana han participado este lunes en un foro organizado por EFE e Ibercaja
photo_camera Clara Arpa, María Jesús Lorente y Ana Solana han participado este lunes en un foro organizado por EFE e Ibercaja

“Podemos llegar adónde queramos, pero aún falta demasiado trabajo”. Es la punzante reflexión a la que han llegado María Jesús Lorente, Clara Arpa y Ana Solana tras analizar en un foro organizado por la Agencia EFE e Ibercaja el contexto actual en el que se mueve el concepto del liderazgo de la mujer empresaria alrededor del mundo. Ellas son tres altas directivas de Aragón que contemplan “necesaria” la visibilización de casos de éxito femenino para superar algo que va “mucho más allá” de corregir el “escaso” margen porcentual de mujeres líderes en entornos empresariales. Un trabajo que perciben cada vez más “difícil”, dada la inminente amenaza de asistir la sociedad a una “involución”, en opinión de Solana, orquestada por ciertos partidos políticos o “grupos de presión” que ambicionan dejar de llamar a las cosas por su nombre. Al parecer, puntualiza, estos grupos se han fijado como objetivo “frenar el avance que hemos hecho las mujeres”.

Tras lamentar el último asesinato machista (cometido este mismo lunes en Tenerife, y que engrosa la lista negra hasta las 1.028 mujeres asesinadas en el país), las directivas, a través de su experiencia personal y compartiendo “cosas” que perciben “en el día a día”, han sido tajantes al afirmar que urge “normalizar” y “asimilar” que las mujeres “también podemos mandar”. Para ellas, existe un factor que resulta “clave” ejercitar para que esa normalización llegue a cristalizar: una educación social más integral que parta de la base y que termine por configurar la imagen del poder femenino de manera colectiva.

Esto es, romper con las barreras impuestas por los entornos más cercanos, pues son capaces de frenar incluso la “auto promoción” de la mujer por el “miedo” al “qué dirán”. También, estimular los llamados role models, para que las jóvenes puedan reformular sus referentes profesionales, que deben empezar a asentarse bajo las leyes del “talento y el esfuerzo”. Un blindaje que, además, debe partir a escala gubernamental y administrativa, mediante el cierre de “acuerdos reales” por la igualdad.

Las mujeres líderes y el alzamiento empresarial 

En España, apenas el 30% de los puestos directivos son ocupados por mujeres. Una realidad que la presidenta de Directivas Aragón, Ana Solana, percibió no más entrar en la empresa en la que empezó a trabajar hace años. Lo hizo como jefa de Recursos Humanos y consagrándose como “la primera mujer en cien años de historia” de aquella compañía en ocupar un puesto “que no fuese de secretaria”. Eso sí, confiesa que en el seno empresarial su autoridad está más que asentada, y todos asumen tener “una jefa muy jefa”. Algo que, por otro lado, resulta doblemente positivo, porque cuando entra en contacto con las más jóvenes “a ellas les sirve verme en un puesto como el mío” con un nivel tal de influencia en gestión o toma de decisiones.

Similar le ocurre a la presidenta de la asociación de empresarias de Aragón (Arame), María Jeús Lorente, quien confiesa que a pesar de pilotar la gerencia de tres empresas diferentes, todavía se enfrenta a situaciones o comentarios “fuera de lugar”. Es el caso, argumenta, de algunos hombres que preguntan “dónde está mi jefe”. Para Lorente, no dejan de ser circunstancias que “entristecen”, ya que evidencian que sigue sin asumirse “a estas alturas, casi en 2020” que una mujer pueda liderar una empresa. En ese sentido, Lorente ha recordado un estudio que hace cuatro años emitió su asociación, y que argumentaba –después de una encuesta a más de 1.500 compañías- que una vez entra una mujer en puestos de responsabilidad aumenta “el valor de marca, el producto y los beneficios”. Es algo de lo que la sociedad “debe ser ya consciente”, zanja.

Por su parte, la consejera delegada de Arpa Equipos Móviles de Campaña, empresa cuyos puestos son ocupados por mueres en un 70%, ha lanzado al foro otro controvertido tema que en ocasiones tiende a generar fricciones desde el prisma de la igualdad: la conciliación. Arpa, que recientemente se ha convertido en abuela, ha compartido públicamente sus propias vivencias como mujer líder, considerando que al ser “madre y empresaria” es indudable que “debes echar más horas, dar un empujón extra”. En su opinión, las empresarias continúan encontrándose ya no con “techos de cristal”, sino con techos de cemento.

Se trata de una reflexión que simultáneamente han ratificado Lorente, Solana y la propia moderadora, la periodista Isabel Poncela, al argumentar que la sociedad continúa ejerciendo cierto “chantaje emocional” sobre la mujer, queriendo hablar de “otras cuestiones” como la corresponsabilidad, cuando, todavía “no entendemos la conciliación”.