Un mal Casademont Zaragoza cae en Salónica ante el PAOK, colista de grupo (93-78)

Los locales superaron sin problemas al Casademont Zaragoza. Foto: PAOK
photo_camera Los locales superaron sin problemas al Casademont Zaragoza. Foto: PAOK

Otro mal partido del Casademont Zaragoza dejó una nueva derrota en el casillero de los zaragozanos. Esta vez fue el PAOK de Salónica, viejo conocido de la afición rojilla, el que se aprovechó del endeble entramado defensivo de los aragoneses y se llevó la victoria por 93-78. Los de Fisac vuelven a dejar malas sensaciones sobre la cancha y tendrán que demostrar este sábado ante el Manresa que son capaces de reponerse y volver a la senda de la victoria.

Hlinason, Ennis, Alocén, Brussino y Radovic salían de inicio para tratar de imponerse a los griegos. A pesar de que el encuentro parecía que iba a ser igualado, la defensa zaragozana empezó a caer. Tuvo pedir tiempo muerto Fisac cuando los locales se iban seis arriba para reajustar el sistema defensivo, prácticamente inexistente. Sin embargo, no surtía mucho efecto porque, a falta de menos de un minuto, llegaba a doce. Los zaragozanos terminaron a diez el primer cuarto y con sensaciones muy negativas. Tenían tiempo para darle la vuelta al marcador, pero también era necesario un cambio a la hora de defender.

Parecía que comenzaba a producirse. Con un parcial de 0-7 al comienzo del nuevo asalto, los zaragozanos se acercaban a los 30 puntos del PAOK. Los chicos de Fisac habían mejorado atrás y su acierto arriba era notable, suficiente para seguir acercándose. Llegaba a empatar a 43 Brussino, en el triple clásico que siempre acierta el argentino, y subía la moral a un equipo que volvía a sustentarse en una defensa sólida. 45-44 para los de Salónica, que veían esfumada su ventaja ante un Casademont que, de seguir así, tenía muchas papeletas para llevarse el encuentro.

La segunda mitad del partido comenzaba prácticamente como lo había hecho el primer cuarto. Solo un punto separaba a ambos conjuntos, que estaban protagonizando un partido de lo más ameno. Quedaba todo por resolverse a partir del tercer cuarto y ambos necesitaban ganar, aunque los objetivos fuesen diferentes. Si los locales vencían, su clasificación a la siguiente fase se hacía más sencilla, y si lo hacían los griegos podían aspirar a reengancharse a la competición.

Volvían los fantasmas del primer cuarto a la cancha griega con una defensa otra vez endeble e inconsistente. La distancia volvía a ser excesiva para los locales, que veían como acertaban los triples y podían anotar de dos con facilidad. Se ponía muy cuesta arriba el encuentro en casa del colista con 73-61 al final del penúltimo cuarto. Los zaragozanos regalaban las oportunidades al PAOK en un muy mal partido y la remontada se hacía complicada.

La inercia negativa continuaba en Grecia. Trece puntos sacaban de renta los griegos a solo cuatro minutos del final. El Casademont parecía que iba a regalar una victoria que debería quedarse en Zaragoza. Sin embargo, con un parcial de 0-9 quedaba un hilo de vida, un clavo ardiendo al que aferrarse. Todo un espejismo porque con 1:10 de tiempo el marcador era de 85-76. Se fueron hasta los 93 y los zaragozanos únicamente llegaron a 78. Mucha diferencia para ser un colista.

Únicamente había ganado un partido europeo el PAOK de Salónica, que se reengancha a costa de los zaragozanos y sueña con clasificarse. El encuentro del Casademont fue para olvidar, y ya es el segundo consecutivo donde salen muy mal las cosas. A la plantilla le pesa disputar dos competiciones y Porfi Fisac tiene trabajo para recuperar las sensaciones que el equipo dejó al comenzar la temporada.