El fraile almuniense que revolucionó la gastronomía española

Altamiras se ha convertido, sin duda, en uno de los vecinos más ilustres de La Almunia
photo_camera Altamiras se ha convertido, sin duda, en uno de los vecinos más ilustres de La Almunia

La Almunia de Doña Godina, en Zaragoza, celebrará el próximo mes de marzo la tercera edición del Certamen Gastronómico Juan Altamiras, en homenaje al fraile franciscano del siglo XVIII que, con su obra “Nuevo arte de cocina sacado de la escuela de la experiencia económica” (1745), ha sido considerado como el Ferran Adrià de la época.

Altamiras se ha convertido, sin duda, en uno de los vecinos más ilustres de La Almunia y en una figura relevante de la cocina española. La historiadora inglesa y experta en gastronomía Vicky Hayward publicó, en el año 2017, “Nuevo arte de cocina española”, en el que indaga en la figura de este fraile y trae al presente algunas de las recetas en clave actual.

También se organizan showcookings

Altamiras reunió en él más de doscientos platos de carne, aves, caza, pescado salado y fresco, verduras y dulces, todos descritos con estilo coloquial y humor, y dirigidos a lectores de presupuesto “ajustado”. Enseñó que la cocina económica puede ser muy buena si se mezclan sabores y aromas con sabiduría, incluyendo todo tipo de ingredientes, por humildes que sean, y de cualquier cultura, sin prejuicio.

De esta forma, más de dos siglos después, las recetas de Altamiras han sido revisadas por Hayward en una edición que se completa con un estudio sobre este ilustre almuniense y su época. “No tenía miedo a cocinar con lo que la gente del campo tenía para comer”, señalaba Hayward, durante la celebración de la primera edición de este certamen.

El Ayuntamiento de La Almunia de Doña Godina organizará esta nueva edición en 2020 bajo el título “Altamiras sin complejos”.

Desde la Concejalía de Turismo de La Almunia de Doña Godina apuestan por el turismo gastronómico rural a partir de la idea de dar valor al recetario de Altamiras, y, durante varios días, el municipio zaragozano se convierte en la capital culinaria de España a través de distintas actividades culturales, gastronómicas y turísticas.

La cita cuenta con visitas teatralizadas

Así, La Almunia de Doña Godina recupera la figura de uno de sus vecinos más ilustres con el objetivo de dar a conocer a esta relevante figura de la cocina española.

Para el concejal de Cultura, Participación Ciudadana, Consumo e Infancia de la localidad, José Manuel Latorre, “esta propuesta gastronómica tiene un triple sentido: divulgar la figura histórica del cocinero almuniense, mostrar y degustar su recetario, escrito en 1745, y, por último, convocar a los expertos en gastronomía actuales que puedan glosar y actualizar su obra propiciando un evento de carácter cultural y turístico”.

Además, por segundo año consecutivo, La Almunia entregará el premio Juan Altamiras a una personalidad de reconocido prestigio que haya contribuido al redescubrimiento del cocinero o la cocina histórica relacionada con él. Asimismo, el III Certamen Altamiras Sin Complejos servirá para enseñar a cocinar el recetario del almuniense, así como para descubrir de forma teatralizada el pueblo que le vio nacer además de para degustar sus platos en forma de escudillas en la Ruta de la Escudilla de Juan Altamiras con la colaboración de los restaurantes de La Almunia y comarca de Valdejalón. Todo ello para devolver a la vida a Juan Altamiras “sin complejos.”

¿Quién fue Juan Altamiras?

Fray Raimundo Gómez del Val religioso de la orden franciscana, fue el autor del libro “Nuevo arte de cocina sacado de la escuela de la experiencia económica”, editado en 1745 bajo el seudónimo de Juan Altamiras. Esta obra supuso una revolución de los conceptos de cocina del siglo XVIII y fue el libro de cocina más editado de los siglos XVIII y XIX.

Hijo de Jacinto Gómez y de Cathalina del Val, fue bautizado el 12 de febrero de 1709 en la iglesia de La Almunia de Doña Godina. Falleció en el convento de Santa Catalina del Monte de Cariñena, entre febrero de 1770 y septiembre de 1771. Emparentado por parte de su madre con Francisco de Asta, escultor almuniense de renombre, autor del retablo de la iglesia del convento de San Lorenzo, donde probablemente fue novicio. Tomó los votos como fraile lego por vocación espiritual y no por pobreza, dado que su familia era propietaria de algunas parcelas de tierra dispersas y un olivar cerca del convento.

Además de por San Lorenzo, donde sin duda ya ejerció la cocina, pasó por el cercano cenobio de San Cristóbal de Alpartir. Coetáneo de Goya, pudo conocer al padre del genial pintor en la década de 1730, en la que estuvo en Zaragoza en el colegio de formación teológica de San Diego, junto al Real Convento de San Francisco.

Quizá tuvo también los mismos mecenas que Goya, pudiendo acceder a los numerosos recetarios conservados en sus bibliotecas y en los conventos por los que pasó.