Víctor Viñuales: “Hemos contribuido enormemente a ensuciar y envenenar la casa en que vivimos"

 
Víctor Viñuales es un firme defensor de la economía compartida
photo_camera Víctor Viñuales es un firme defensor de la economía compartida

El actual director de la Fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes), Víctor Viñuales, es sociólogo, experto en Sostenibilidad y, por encima de todo, luchador incansable para lograr el bienestar de todas las personas con los recursos finitos del Planeta.

Llevamos años con las alarmas sonando, pero nuestro sin sentido comportamiento no auguran apagarlas a corto plazo. Desechos plásticos, emisiones de CO2, enfermedades, océanos colapsados… son solo la punta del iceberg que deja ver la contaminación. Ante esta situación sin precedentes es determinante una alianza comprometida entre empresas, ONG, administraciones y ciudadanos para unir esfuerzos y focalizar la atención, ya que “hemos construido un mundo de basura en el que todo nos sobra”.

Víctor Viñuales es sociólogo y experto en Sostenibilidad

Ecodes plantea la necesidad de un cambio colectivo, rápido y eficaz, de ahí que sus líneas de acción adopten como propios los objetivos marcados por la agenda global en materia de desarrollo sostenible, responsabilidad e innovación social.

Pregunta.- ¿En qué punto se encuentra Aragón en materia de reciclaje?
Respuesta.- El problema que existe en Aragón y en el mundo es el hecho de que todo lo que consumimos va a alguna parte. El reciclaje ya no es suficiente y es necesario trabajar el ecodiseño. La solución no está en reciclar sino en frenar la circulación de plásticos, sobre todo, en productos de usar y tirar que utilizamos 30 segundos y permanecen en el medio ambiente 300 años. Esto no es razonable.

P.- ¿Qué puntos fuertes tiene Aragón como Comunidad para combatir la contaminación?
R.- El punto fuerte que tiene Aragón es su densidad demográfica frente a un Planeta de más de 7.500 millones de seres humanos. Hay zonas de Aragón con una densidad de cuatro habitantes por kilómetro cuadrado mientras que en Holanda son 400. Esto se traduce en que el impacto sobre el territorio es menor, hay una mayor cantidad de recursos naturales disponibles y crece la huella ecológica.

Para resolver el problema de la contaminación es necesaria una voluntad pública compartida

P.- ¿La educación es una herramienta fundamental para mitigar el cambio climático?
R.- Los científicos del clima dicen que esta generación es la encargada de realizar un cambio drástico y disruptivo en el modelo de producción, consumo y distribución en los próximos diez años. Ante esto el papel que juega la educación es muy importante al ser fundamental cambiar hábitos, pero también leyes, tecnologías y cultura. Hay que abandonar la “economía del propietario”, acabar con el despilfarro y potenciar la economía compartida.

P.- ¿Qué efectos de la contaminación son evidentes en Aragón?
R.- La mayor evidencia es que nos hemos dado cuenta de que todos somos vecinos de todos. Cuando lavamos un forro de poliéster se vierten cientos de miles de microplásticos que acaban en el Mediterráneo dañando la flora, la fauna y contaminando la vida del mar. Desde Zaragoza afectamos la vida de las Islas Baleares, por ejemplo, y a su vez nosotros sufrimos las consecuencias del cambio climático por la deforestación del Amazonas o el deshielo de Groenlandia.

La contaminación terrestre por microplásticos es de 4 a 23 veces más alta que la marina

La Agencia Estatal de Meteorología afirma que el verano ha aumentado cinco semanas en 40 años y se ha desertificado una superficie equivalente a Galicia. Esto no proviene exactamente de lo que hacemos en Aragón, sino del conjunto del Planeta. Tenemos que desarrollar una fraternidad mundial para unir esfuerzos en un propósito común.

P.- Teniendo en cuenta el informe presentado por el Instituto DKV, en colaboración con Ecodes, sobre la contaminación por plásticos, los datos relativos a los bosques y el ser humano son alarmantes, pero ¿son los océanos los que se llevan la peor parte?
R.- Lo que ocurre con los océanos es que todo acaba allí, pero en la tierra el problema también es grave. En la zona del Pirineo francés a 1.425 metros de altura, en cada metro cuadrado, se concentran por día 365 fragmentos de plástico. El mar empieza en la Plaza del Pilar, en París o en Madrid porque finalmente los ríos transportan todos los residuos que ingieren los peces que nos acabamos comiendo. Todo ello por un modelo de consumo devastador del que debemos salir por nuestro propio interés y el de nuestros hijos.

P.- Existe una íntima relación entre el medio ambiente y el ser humano y en el informe se arrojan datos como que las personas ingerimos casi 21 gramos de plástico al mes. ¿Son los efectos perjudiciales en la salud el coste oculto de la contaminación?
R.- Hoy en día estamos descubriendo los efectos de un modelo absurdo de desarrollo. Hemos construido un modelo económico en el que cuanto mejor le va a la economía, peor le va a la naturaleza. Por esta razón, es urgente encontrar una alternativa de desarrollo económico que haga las paces con el entorno.

P.- En el año 2015 la comunidad internacional asumió el compromiso de la Agenda 2030, que incluye 17 objetivos de desarrollo sostenible y el Acuerdo del Clima de París (COP21), interpelando al conjunto de la sociedad. ¿Qué acciones ha puesto en Ecodes para cumplir los objetivos?
R.- Desarrollamos varias iniciativas como la Coalición de Empresas aragonesas por el Planeta (Coeplan). Esta propuesta ha creado un foro de reflexión y de trabajo compartido entre las empresas que ayudan a la Tierra. Nos encontramos en una doble transición, de una economía basada en los combustibles fósiles a una economía de carbono y de una economía lineal centrada en utilizar productos de usar y tirar a una economía circular.

Todo ello exige profundos cambios en energías renovables, normativas y eficiencia energética. Así como del modelo de transporte, de vivienda, e incluso, de alimentación. Tenemos que aprender que en la naturaleza nada sobra y volver al sentido común. En países como Reino Unido el 44% del pan que se produce acaba en la basura.

Las empresas representan el 70% de las emisiones de CO2

P.- Parte del problema radica en las empresas, ya que representan el 70% de las emisiones de CO2. ¿Es posible mejorar la situación a través de la Responsabilidad Social Corporativa?
R.- No conseguiremos una economía sostenible si las empresas siguen instaladas en el paradigma del siglo XIX pensando solo en maximizar los intereses del accionista. Las compañías tienen que asumir su cuota de responsabilidad para que el problema no sea irresoluble. La clave es la corresponsabilidad diferencial en relación con la participación de cada entidad en la generación del problema.

P.- Si no logramos cumplir la Agenda 2030 para el Desarrollo sostenible, ¿qué futuro nos espera?
R.- El futuro ya está aquí. Si dejamos que la producción continúe su frenético ritmo, la superficie desértica no será del tamaño de Galicia sino de Andalucía, y el clima de Madrid será similar al de Marrakech y el de Zaragoza al de Meknes.

España es uno de los países más afectados por la contaminación y el cambio climático y, por tanto, debe ser uno de los más interesados en asumir soluciones y encabezar acciones de innovación. Además, la economía porvenir es sostenible, una alternativa para el negocio y la actividad económica. Cuanto antes entendamos este hecho mejor será para la ecología, la naturaleza y el empleo.