Mi madre va siempre haciéndose la víctima por cualquier cosa, le da la vuelta a todo para dar pena y quedar como la pobre sufridora y ya no aguanto más la situación.

El victimismo, como forma de vida, viene dado por un problema de madurez emocional. Se trata de estrategias inmaduras en la edad adulta para obtener la atención de los demás; esta actitud repercute negativamente en las relaciones personales y afectivas de las personas que les rodea.

En estos casos, y a pesar de que este tipo de relaciones son complicadas de gestionar, es primordial mantener la calma. Cuando desesperas, la persona victimista tiene ventaja porque puede justificar su victimismo. Para sanar este vínculo tóxico, una de las partes tiene que dejar de responder reactivamente a los reproches. Por ello, el trabajo principal consiste en detectar estos juegos de manipulación para empezar a actuar, que no a reaccionar, dándole a entender que su forma de relacionarse contigo ya no tiene influencia sobre ti.

Romper esta cadena de estímulo-respuesta hará que no se refuerce su conducta, y podrás emerger de este vínculo tóxico.

Mi consejo: Piensa que tu madre no es del todo consciente de lo que hace, no conocen otra forma de expresarse y relacionarse. Salir de un vínculo tóxico requiere de un trabajo continuo en el tiempo, a priori no será tarea fácil, pero se puede conseguir.

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