Opinión

Convivencia en casa y en el colegio: “Hive emotions”

En Asia, los ciudadanos no alcanzan la condición de personas hasta que hayan aprendido a relacionarse con los demás. En la Antigua Grecia las personas sin relación eran calificadas como “idiotas”, porque pensaban que nadie aislado puede llegar a aprender nada. Seligman (2011) nos dice que la fuerza de los animales débiles es el grupo y esto se aprecia entre las abejas que son fuertes cuando el enjambre las protege; las emociones protectoras, “hive emotions”, son: amor, compasión, amabilidad, trabajo en grupo y autosacrificio.

Las últimas tendencias en educación se desarrollan a través del marco de las neurociencias, y yo personalmente, he querido ir más allá proponiendo un nuevo término, la “neurosocioeducación”. El aprendizaje se lleva a cabo en el cerebro, especialmente a través del hipocampo, situado en el interior del córtex temporal. Esta zona pierde su potencial, nos recuerda Seligman, cuando niños y niñas se enfadan, pero alcanza su plenitud en situaciones positivas de convivencia.

Por otro lado, la mayor parte de los estudios en Psicología positiva determinan que las personas sociables son personas más felices, más listas, e incluso tienen mejor salud (Fredrickson, 2009). La conclusión es muy fácil. Debemos pasar de una enseñanza individual a una educación grupal.

En los centros educativos, utilizando técnicas activas y colaborativas. Así mi valoración de estos centros, de acuerdo con las teorías de la neuroeducación, analiza tres parámetros: primero, aulas flexibles, aquellas que mayoritariamente agrupa las mesas individuales para poder trabajar juntos; segundo, usar los espacios comunes abiertos como los pasillos, el hall de entrada, las propias escaleras, el polideportivo, el patio exterior, los jardines, etc. Es lo que denomino “open teaching”; tercero, uso muy esporádico del libro de texto; el libro de texto debiera ser elaborado a partir de los proyectos y experiencias realizados a lo largo del curso, tanto en educación primaria, como en las asignaturas de educación secundaria.

En las casas tenemos que utilizar “técnicas de encuentro”. Los chicos, las chicas, cuando más problemas nos dan a los mayores es cuando están aburridos. Por ello, será bueno que desde pequeños vayan y vuelvan juntos del colegio; intentar conseguir que hagan los deberes juntos; también, habrá que fomentar las “noches pijama”, desde los cinco años hasta… Conseguir que nuestros hijos e hijas vayan a dormir a otras casas y viceversa o programar fines de semana juntos.

La solución nos dicen los científicos de la Psicología positiva liderados por Martin Seligman será conseguir que el alumnado, que nuestros hijos e hijas tengan retos, tanto en el tiempo escolar, como en el tiempo de familia; pero retos compartidos con otros. Los estudios de Fredrickson (2009: 191) han comprobado como nadie por sí solo alcanza todo su potencial. La enseñanza podrá ser individual o incluso, individualizada. La educación no; la educación es emocional y social y, solo se alcanza a través del grupo, como las abejas.

Seligman, Martin (2011) Flourish, A visionary new understanding of happiness and well-being

Fredrickson, Barbara   (2009) Positivity