Opinión

Amanece en la capital de Aragón

Hubiera sido una mañana como otras tantas en las que la brisa matutina dejaría paso al incipiente bochorno en los inicios del caluroso mes de julio.

Pero, nada tenía de habitual. Toda la noche, como moscardones veraniegos, aquellas malditas bocachas francesas no han dejado de bramar. Los cañones y sus servidores han cumplido bien su objetivo. Demasiada experiencia en campos europeos para no poder hacer bien su trabajo, con certero acierto. Los españoles de aquella pieza de a 24 no responden ya. Han caído. Eso facilita enormemente la labor de sus compañeros que, en formación decidida, avanzan hacia aquel lugar. Llevan 15 días intentando entrar en una ciudad sin murallas. Algo impensable para aquellos vencedores de tantas batallas. Por fin podrán entrar en Zaragoza.

Pero, de pronto, entre los muertos y la polvareda del bombardeo, vislumbran una figura alejada de la robustez de un artillero. Parece… ¡una mujer con el botafuego! Muchos gabachos de aquella columna fue lo último que vieron. Una lluvia de plomo, metralla y arrestos españoles los barrió del mapa. Una vez más lo fácil se convirtió en imposible. Sangre francesa regando aquella puerta impenetrable del Portillo. El segundo día del mes, se tornará inmortal. 2 de julio de 1808.

Mas, no solo es de reseñar el comportamiento de Agustina Zaragoza. Son de público dominio otras mujeres, otras Heroínas, cada una en una faceta: María Agustín (aun herida en el cuello, abasteciendo munición incansable), Casta Álvarez (con su lanza improvisada con una bayoneta), la Madre Rafols (y su cántaro milagroso sin fin), Manuela Sancho (la única Heroína de la que se tiene un retrato fotográfico), la Condesa de Bureta y la Duquesa de Villahermosa (nobleza hecha furia)…

Las mujeres de Zaragoza dieron muestra de sus arrestos desde el minuto cero de aquellos Sitios. Pronto lo comprobaron los temibles Lanceros polacos del Vístula; pretendían atacar por la retaguardia el Cuartel de Caballería, varias veces conquistado y reconquistado, pero se toparon, en su galopada, con las mañas que, en último recurso, se metieron bajo aquellos enormes podencos para rajar sus entrañas y hacer caer a sus jinetes al suelo, del que ya no se levantarían. Mujeres anónimas que no dejaron sus nombres en la Historia pero que sí dejaron algo mucho más importante: nos legaron la Libertad.

Desde la Asociación Cultural Los Sitios de Zaragoza, homenajeamos todos los años a estas Heroínas, famosas o anónimas, que dieron su vida por Zaragoza y por España. Será en un emotivo homenaje el próximo día 6 de octubre en la Plaza del Portillo, a las 11.00 horas. En este acto, también homenajeamos a las mujeres de hoy, entregando un premio a mujeres o instituciones relacionadas con la Mujer y que otorgamos desde la Junta de la Asociación; en esta edición, la premiada ha sido Ana Isabel Lapeña Paúl; es doctora en Historia por la Universidad de Zaragoza y especialista en el Aragón medieval. Como miembro de dicha Junta, mi enhorabuena.

¡Os esperamos!

¡Por la Virgen del Pilar, vencer o morir!