Opinión

Comienza el nuevo curso, ¿de qué?

Sin duda, y tras un verano marcado políticamente por los devaneos entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y los líderes de Podemos, que bien podrían calificarse como una escenificación de lo poco posible o, tal vez, para preparar a los ciudadanos para unas futuras elecciones generales que cada vez se ven como más probables.

Sorprendieron los resultados de las pasadas elecciones, por qué no decirlo, y sobre los próximos que se dieran, si finalmente se convocan nuevas elecciones; no vamos a decir nada porque si las convocan por algo será.

Entre este maremágnum de incertidumbre, destaca el cíclico problema catalán, provocado por unos catalanes nacionalistas e independentistas, cuyos votos suman menos que otras opciones nacionales, pero que gozan del beneplácito del cálculo que se hizo en 1978.

El próximo 11 de septiembre será más de lo mismo, aunque parece que las aguas andan revueltas y existen tensiones entre la ANC, JxCat, Ómnium, ERC y demás movimientos “salvadores” de Cataluña. E incluso se habla de quienes quieren dar un “golpe de Estado” y declarar ya la independencia; dichosa palabra que encubre lo real, la emancipación o separación, porque ¿de qué son dependientes?, ¿quién los invadió?

Y además existe un hecho significativo que por diferentes motivos no se menciona como sería conveniente. La “independencia” ¿de quién?, ¿de los globalistas y mundialistas?, ¿de los movimientos migratorios incontrolados?

Si Europa está viviendo los embates de las corrientes migratorias que cada vez son más incontroladas, sobre todo cuando ya están en territorio europeo; y los datos, noticias e imágenes están ahí, aunque algunos interesados en no sé qué incluso nieguen la realidad calificándolos de “fakes”. ¿Cómo se pueden calificar de “fakes” actos vandálicos y agresiones violentas a personas, muchas de ellas mujeres?

En el País Vasco, ocurre algo parecido aunque con diferentes actores y “atrezzo”. No cejarán en el empeño algunos de alcanzar su Euskal Herria soñada, tan artificial como mítica, basada en el uso de las lenguas y culturas vascuences en determinados siglos. Tal vez las tendrían que compartir con otras subsaharianas y asiáticas, y a ver cómo responderían entonces.

España pues, como en sus más oscuros episodios de su Historia, está claramente debilitada en dos frentes: el interior, con tensiones territoriales cada vez más fuertes sobrevaloradas y sobreestimadas interesadamente; y, el exterior, con unas migraciones incontroladas espoleadas por intereses supranacionales y por los españoles que piensan que lo que viven y tienen les ha caído del cielo. Que el bienestar del que gozan y que les lleva a pensar que lo pueden compartir con medio mundo, proviene de la máquina de hacer maná.

Leía un artículo en el que se argumentaba que cómo pensaba la UE, un club de países ricos, que iba a poder vivir rodeada de países subdesarrollados sin que le llegaran miles de migrantes de los mismos, y que entonces deberíamos acoger y preparar y… este concepto se comenta por sí mismo.

Si “el sueño de la razón produce monstruos” como decía nuestro genio, tal vez se podría decir que “la vigilia de la sinrazón lleva a la perdición”.