Los ganaderos culpan al oso Goiat de los nuevos ataques en el Pirineo, aunque la DGA no ve indicios

El pasado domingo un toro apareció herido de gravedad
photo_camera El pasado domingo un toro apareció herido de gravedad

Parece que el oso Goiat ha reaparecido en las proximidades pirenaicas de Sobrarbe para volver a atacar. Así lo aseguran ganaderos y apicultores de las zonas de Gistaín y Plan, donde el pasado domingo apareció herido un toro, además de varias decenas de colmenas despedazadas. Dos nuevos asaltos que, según afirman desde UAGA Jacetania, han reavivado la “indignación” entre el colectivo ganadero, ya que sienten cada vez más “impotencia” y “desconcierto” por la frecuencia con que están aconteciéndose los ataques en el último año. Sin embargo, fuentes del departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del gobierno de Aragón discurren que “no se ven indicios” de que, en esta ocasión, el oso haya sido el responsable.

Desde que el gobierno francés soltara por la frontera hispano-gala a varios ejemplares de osos no autóctonos –el Goiat es un ejemplar esloveno- , los agricultores no han sufrido sino una continuada reiteración de “duros golpes”, reprochan desde UAGA, al ver “el destrozo” que están haciendo con “sus animales”. El propio alcalde de Plan, José Serveto, clama con exasperación por que “saquen a este depredador” antes de que “nos arruine a todos”, para así poder seguir viviendo “dignamente”.

El resentimiento generalizado es mayor porque, manifiestan portavoces de UAGA, “se ha de entender que no es únicamente que se los coman o maten” sino las “consecuencias” de esos ataques. Aunque en numerosas ocasiones “pasan inadvertidos”, los ganaderos se ven en la obligación de lidiar con ganados con “graves lesiones” que terminan en “abortos o sacrificios”, o “desparramándose” por la ansiedad del susto.

Son muchos los que han acudido estos meses “entre lágrimas” y “machacados” a los representantes de UAGA para exigir que esto “pare ya”. Además, porque consideran “insuficiente” la línea de ayudas habilitada en julio por el Gobierno de Aragón -de 400.000 euros para todas las regiones con presencia de osos y lobos- pues “a pesar de que parezca mucho a priori, no lo es”. Y no lo es, argumentan, porque esos animales “son mucho más” que una mera “actividad económica”.