«Entendiendo a Bergman»: La terapia del artista

Es obvio que el documental ha llegado para quedarse. En unas carteleras donde los estrenos casi nos bajan de los diez títulos semanales, uno ( cuando no dos) al menos son documentales. Y en los últimos días con un tinte muy cinéfilo: Agnes Varda, la factoría Handmade y próximamente Orson Welles. Y, por supuesto, Bergman. En este caso con un nombre de prestigio detrás ( y delante) de la cámara, la directora alemana Margarethe Von Trotta. La creadora de títulos como Las hermanas alemanas, Rosa de Luxemburgo o más recientemente Hannah Arendt, entrevista a actores, técnicos, familiares o personalidades del mundo del cine que han recibido influencia del genial creador sueco en un trabajo que no es un simple recopilatorio de imágenes de sus películas o de su vida, sino que trata de esbozar un dibujo de su personalidad e investigar de qué manera se ha visto reflejada en toda su obra.

En ocasiones a lo largo de la película, la directora alemana, que actúa como conductora y entrevistadora, hace gala de un cierto ego, que seguro acompaña a todos los artistas, para desviar la atención del espectador hacia ella y sus logros cinematográficos. Pero enseguida se reconduce hacia Bergman, y en una primera parte parece mantener una cierta coherencia en las líneas del guion: su infancia e influjo de un padre y una educación luterana, la importancia de las actrices en su obra, sus primeros trabajos.. en cambio en una segunda parte abandona ese camino que quizás todo espectador ( seguramente cinefilos en su mayor parte) necesita para sentir que todo esto lleva a alguna parte. Quizás sea una concepción demasiado convencional cuando te hablan de un cineasta, sea cual sea, que persigue una visión del conjunto de su obra desde su inicio hasta su final manteniendo un cierto ( y quizás muy visto) orden cronológico. Por eso, a mi modo de ver, esta segunda mitad pierde cierto interés por su falta de coherencia y hubiese deseado que me hablasen mucho mas de sus potentes obras en blanco y negro de los años 50 y 60 mas que de las que realizó, ya más esporadicamente, hacia el final.

Hijo de un pastor luterano, afirmaba que toda su educación estaba basada en conceptos como pecado, confesión, castigo, perdón. De esta manera sus primeros trabajos revelan el influjo de la religión, la existencia de relaciones violentas, el temor...presente todo ello en obras como “Noche de circo”, “El séptimo sello”,“El manantial de la doncella” o “Como un espejo”….aunque poco a poco la religión va pasando a un segundo plano para dejar paso al ser humano. Es decisiva, en esta evolución, la que para muchos críticos es su mejor película a pesar de resultar un relativo fracaso, “Persona”, donde aparece el Bergman más experimental y complejo.

Fue un director fiel a una serie de actores y, sobre todo, actrices, cuyas carreras se han aupado gracias a él. Max Von Sydow, Liv Ullman, Bibi Andersson, Ingrid Thulin, Harriet Anderson. Von Trotta también mantiene conversaciones con quienes trabajaron con él detrás de las cámaras y que aclaran las leyendas sobre si se trataba de un hombre malhumorado para con sus actores. Y también intervienen cineastas que tuvieron contacto con él o cuya obra supuso un influjo en su trabajo como Carlos Saura, Oliver Assayas o Jean Claude Carriere, colaborador de Luis Buñuel, cuyas intervenciones son las mas clarificadoras a la hora de analizar el estilo y profundidad de sus obras.

También hay tiempo para el Bergman persona y en este sentido resultan tremendamente interesante las reflexiones de uno de sus múltiples hijos, Daniel, también director de cine, que habla con respeto y con cierto resentimiento también de un padre más centrado en su trabajo que en su familia. Sus problemas con el fisco sueco, su mini exilio estadounidense, su trabajo en Alemania y su ingente carrera teatral son algunos de los variados temas que jalonan este retrato del director sueco.

Puede que el espectador no encuentre al salir del cine un conocimiento pleno de la obra y personalidad de Bergman. Von Trotta pasea a sus invitados por los lugares de rodaje de sus películas, las ciudades donde vivió y conversa con una amplia gama de artistas para que, al final, quienes vemos el documental solo tengamos pinceladas de su persona. Con todo, resulta un trabajo interesante aunque no definitivo y de gran utilidad para las nuevas generaciones de cinefilos y para quienes nos gusta el cine. La conclusión sigue siendo que, afortunadamente, nos queda mucho por ver y aprender.

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LO MEJOR: Descubrir como su educación y experiencias se recogen en sus obras. El lujo del plantel de artistas que hablan de su estrecha convivencia con el director sueco

LO PEOR: Que no se nombre para nada trabajos tan importantes como El manantial de la doncella. La dispersión argumental de la segunda parte. Que no haya participado Max Von Sydow, aun vivo y en activo.

VALORACIÓN:

Banda Sonora: 7

Fotografía: 7

Intervención de los participantes : 7

Dirección: 7

Guión: 6,5

Satisfacción: 7

NOTA FINAL: 6,92