"Roma", de Alfonso Cuarón, se proyectará en pantalla grande en el Festival de Cine Buñuel-Calanda

La película de Cuarón traslada al espectador a la Ciudad de México de los años 70 a partir de los recuerdos de la infancia de su director
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La oscarizada “Roma” de Alfonso Cuarón se verá este jueves, a las 22.00 horas, en el Festival Internacional de Cine Buñuel-Calanda (FIBC). El largometraje de Neftlix tan solo se ha visto en pantalla grande en España en muy contadas ocasiones. Se trata de una oportunidad única de disfrutar de la oscarizada obra mexicana que ha marcado un hito en la historia del cine.

“Es, sin duda, una película histórica. La más trascendental de la cinematografía de México de la última década”, afirma Mario Barro, profesor de cine en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y uno de los programadores del festival.

El experto en Buñuel llevaba meses tras esta cinta que, en sus propias palabras, “ha hecho tambalear los cimientos de la industria cinematográfica mundial”. A pesar de estar preparada para su reproducción en salas de cine, el hecho de que se trate de una película pensada para disfrutar en la pequeña pantalla rompe por completo con los estándares del visionado tradicional en grandes soportes proponiendo nuevos modelos de distribución.

“En España, en cines, no se ha visto más que un par de veces en ciudades como Madrid y Barcelona. Y, en parte, que se trate de la tierra de Buñuel tiene que ver mucho en el hecho de que “Roma” pueda proyectarse aquí, en Calanda”, explica Barro, que asegura que es todo un lujo para el público del festival. “Cinematográficamente es perfecta, con un derroche de calidad artística y estética impresionantes y que logra crear una atmósfera increíble”, admite.

La película de Cuarón, que traslada al espectador a la Ciudad de México de los años 70 a partir de los recuerdos de la infancia de su director, logró nada más y nada menos que 10 nominaciones a los Oscar, de los cuales ganó Mejor Dirección, Mejor película de habla no inglesa y Mejor Fotografía. También se alzó con el León de Oro en Venecia.

Además, la cinta destaca por su metraje, 135 minutos rodados en blanco y negro y hablados, en ciertas escenas, en lengua indígena. “A pesar de ser bastante larga se trata de un largometraje casi hipnótico que ofrece momentos verdaderamente inolvidables al espectador”, concluye Barro.