Opinión

Mariano Rubio: el tiempo, el espacio y el Arte

Mariano Rubio Martínez, el pintor y grabador bilbilitano, ha fallecido a una edad cercana a los 93 años. Su obra es extensa, particularmente en el grabado, y tal vez menos conocida, aunque con indudable calidad, en el apartado de pintura.

Nacido en Calatayud, el 12 de julio de 1926, Mariano Rubio recibió una intensa formación en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Jorge, en Barcelona, que completó en diversos países mediante una beca de la Fundación Juan March. Dedicado a la enseñanza, principalmente en la Universidad Laboral de Tarragona, la obra de Rubio fue creciendo y adquiriendo una personalidad admirable. Grabados como “Medinaceli”, los “Ícaros” o “La pareja” son una muestra mínima de su producción. Su libro “Ayer y hoy del grabado” supone toda una referencia en el arte de la estampación. Sus exposiciones fueron numerosas, tanto en España como en otros países (Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido, Austria…).

El tiempo y el intenso trabajo le llevaron a obtener premios tales como el “Aragón- Goya (año 2000)”, la Medalla Santa Isabel de Portugal o el título de “Aragonés de Mérito en Artes”. Calatayud lo nombró hijo Predilecto y Tarragona, hijo Adoptivo.

En 2010, la Diputación de Tarragona organizó una amplia exposición antológica con el título, “Rubio, a través del tiempo y del espacio”, que dio título a un libro de gran formato, con texto de José Verón Gormaz, en tres idiomas: catalán, español e inglés (Viene Ediciones y Diputación de Tarragona). La vida y la obra del artista queda allí expuesta y abierta al recuerdo.

El Ayuntamiento de su ciudad natal, a petición del Cronista Oficial, le concedió una calle en 2017. Fue quizá el momento de una despedida involuntaria, puesto que las mermadas condiciones físicas de Mariano Rubio le impidieron frecuentar las visitas a su ciudad natal.

Hay que destacar la constitución en Calatayud de la Asociación Artística Mariano Rubio, que funciona con verdadero éxito de actividad y participación, y que es un recuerdo constante del artista bilbilitano.

El fallecimiento de Mariano Rubio supone la desaparición física de uno de los grandes creadores aragoneses, aunque su obra nos hable permanentemente de él con hermosas imágenes. Su frase preferida, con indudables ecos goyescos, nos repetía que “aprender es vivir”. Con tres palabras nos mostraba el camino de la creación artística y de la vida.