Safira logra ahuyentar las palomas del Mercado Central y se prepara para su nueva misión

Safira es una Aguililla de Harris de cuatro años. Foto: Dani Marcos
photo_camera Safira es una Aguililla de Harris de cuatro años. Foto: Dani Marcos

Safira, el Aguililla de Harris encargada de ahuyentar a las palomas del Mercado Central, ha cumplido con éxito su misión, y lo ha hecho en un tiempo récord. Y es que solo ha necesitado un mes para impedir que cada noche regresaran decenas de palomas a pernoctar a este histórico equipamiento de la ciudad, cuya reforma, por cierto, está ya muy avanzada. Después de una buena recompensa, Safira piensa ya en su nueva misión, en este caso, en el Teatro Romano y con una nueva compañera.

Para acabar con los problemas que causaban las palomas, el Ayuntamiento decidió contratar a Bionext Desinfecciones, una empresa dedicada a las labores de control de plagas que, a su vez, contrató a José Antonio Martínez, un adiestrador profesional homologado por el Gobierno de Aragón. En un principio, ha explicado Martínez, se calculó un mes de actuaciones para ahuyentar a las aves, con posibilidad de poderlo prorrogar, pero en este mes “ha quedado el recinto prácticamente vacío de fauna”. Esporádicamente puede entrar algún ejemplar, porque todavía queda alguna apertura sin cerrar, ha reconocido, pero “se ha sacado entre el 90% y el 95% de las palomas que entraban a pernoctar”.

Y dice ese porcentaje porque hablar del 100% de fauna es “inviable”, tal y como ha explicado Martínez, porque “siempre puede ser que alguna pueda entrar hasta que se cierre en su totalidad”. Aún con todo, ha apuntado, la de Safira ha sido una actuación “muy rápida y muy efectiva”. Y es que normalmente este tipo de actuaciones se suele prolongar un poco más, porque las palomas tienden a insistir y volver a su lugar elegido para pasar la noche, pero “aquí la sorpresa ha sido que, conforme hacíamos los vuelos, cada vez que aparecíamos había menos presencia”. De hecho, ha apuntado, en las últimas actuaciones, cuando llegábamos a última hora de la tarde, solo había una o dos palomas que Safira hacía salir por los huecos”.

Esta no era una labor nueva para Safira, que ya había trabajado en otras fábricas, naves industriales y granjas en labores de control de plagas. “Es una pájara muy experimentada”, ha afirmado Martínez, quien lleva ya varios años trabajando con ella. Eso, ha aseverado, “ayuda mucho y facilita el trabajo, porque sabe buscarse sus posaderos y moverse entre vigas y tensores”.

Nueva misión en el teatro romano

Acaba un trabajo, pero Safira ya tiene nueva tarea. El mismo objetivo pero, en este caso, en el Teatro Romano, donde las palomas se posan en las estructuras y dejan sus deposiciones encima de las ruinas romanas. Para esta misión, Safira contará además con una nueva compañera: Inca, otra una Aguililla de Harris. Este ejemplar es más veterano. Se trata de una hembra de seis años, que lleva solo tres semanas con José Antonio. Por el momento está en fase de adiestramiento y, aunque “ya está muy avanzada”, todavía quedan “puntillos por mejorar” antes de empezar el trabajo, que será “inminente”, pero no hay fecha concreta.

La del Teatro Romano, ha explicado Martínez, es una estructura “muy grande” por lo que lo ideal sería que compartieran el trabajo “para que no terminen demasiado fatigadas”. Cada intervención dura entre 45 minutos y una hora. Por ello quiere que Safira e Inca se repartan el trabajo “dándoles relevos de media hora a cada una”.

El trabajo es nuevo para Safira y para Inca, pero el recurso de la cetrería para ahuyentar a las palomas en el Teatro Romano, ha afirmado Martínez, “se lleva usando muchos años, y se seguirá utilizando muchos años más”.