Adiós a los cedros del Colegio Salesianos de Huesca por su estado de deterioro

Los cedros son un símbolo en el imaginario ligado a la Obra Salesiana de Huesca
photo_camera Los cedros son un símbolo en el imaginario ligado a la Obra Salesiana de Huesca

Uno de los símbolos distintivos de los Salesianos de Huesca, los dos cedros que custodian la entrada a su centro educativo, van a desaparecer en unos días. La razón no es otra que el peligro que suponen estos grandes y envejecidos ejemplares debido a su situación de deterioro. La intención es que, tras la tala, que realizará una empresa especializada este verano, sean sustituidos por otros dos árboles.

Las roturas y caídas de grandes ramas motivaron que el Consejo de la Obra Salesiana de Huesca solicitara un estudio técnico sobre el estado de estos dos ejemplares.

Tras su examen, la empresa encargada (Pirena) determinó que era necesaria su tala, ya que su situación es preocupante y llega a límites de peligroso. En el informe, tal como se detalla, se llega a la conclusión de que “el nivel de riesgo actual no es aceptable principalmente por el importante factor diana que tienen al ser una entrada a un colegio y a la iglesia de María Auxiliadora”. Y, añaden, “cualquier nuevo cambio, por pequeño sea, puede ser el último detonante que comprometa su estabilidad”.

La única opción para mantenerlos pasaba por anclar los cedros a la fachada del edificio, la cual fue premio nacional de arquitectura el año de su construcción. Por ello, fue desechada.

“A nadie le va a doler más que a nosotros la tala de los dos árboles”, aseguran desde la Obra Salesiana, “pero en conciencia no podemos tenerlos desde el mismo momento en que nos han comunicado que su estado no es aceptable”. Y añaden: “tenemos motivos sentimentales y ecológicos para valorar estos cedros, pero, teniendo en cuenta que la Casa Salesiana es visitada diariamente, incluso fines de semana, por más de mil personas, fundamentalmente niños y niñas, mantener los árboles sería una grave irresponsabilidad”.

Por último, se muestran conscientes de que estos dos cedros “son un distintivo visual de los Salesianos de Huesca, pero lo más distintivo para nosotros es la vida y la educación de tantos niños y niñas, de tantos jóvenes y de tantas personas que han hecho de los Salesianos su segunda casa”.