El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha dado un mitin en Zaragoza al que han acudido unas 600 personas en el que ha acusado al PSOE de “utilizar el fallecimiento de Alfredo Pérez Rubalcaba para crear un clima de miedo y proceder a su entronización”. Una actuación del PSOE que es propia “de la dictadura progre” que “decide qué memoria se puede permitir y la que no”. “Se acabó el espectáculo”, ha sentenciado al respecto.
En cuanto a la polémica generada por no haber suspendido sus actos electorales tras conocerse la noticia del fallecimiento del histórico político socialista, ha asegurado que “se ha querido forzar a Vox a paralizarla”, pero, ha añadido, “ellos -en alusión al PSOE- no deciden quiénes son dignos de alabanzas”. También ha tenido palabras hacia PP y a Cs en referencia a este asunto, de los que ha dicho “nos llamaban para preguntar si íbamos a parar la campaña porque solo están pendientes de lo que hacemos”.
Su expulsión del debate de RTVE previsto para el 22 de mayo por orden de la Junta Electoral Central también ha sido motivo de crítica. “Ahora se incluye a separatistas, mientras no dejan participar a Vox. Esta es la España que premia la traición y pone la zancadilla a aquellos que queremos defenderla”, ha dicho.
Pablo Casado, líder del PP, también ha recibido duras palabras del dirigente de Vox. Tras referirse a él como “veleta azul” y “becario de Alberto Núñez Feijóo”, ha criticado que “el viernes -último día de campaña de las elecciones generales- nos metía en el Gobierno de España y el domingo decía que éramos la extrema derecha”.
Pero gran parte del discurso de Abascal se ha centrado en defender el resultado cosechado en las elecciones del 28A. “Se han empeñado los medios y tertulianos en tratar de empequeñecer y negar nuestra victoria. Dicen que no cumplimos nuestras expectativas, pero esas eran las suyas”. Para Abascal, los escaños conseguidos son “la historia de un gran éxito. Una victoria que no es numérica, sino el compromiso inquebrantable de los 24 españoles que van a representar sin titubear los anhelos de unos españoles que estaban abandonados”. Abascal no ha hecho mención alguna a Aragón en todo su discurso.
Jorge Buxadé, cabeza de lista al Parlamento Europeo, también ha hablado ante los zaragozanos congregados en un restaurante Tres Carabelas lleno hasta la bandera. En su intervención, ha asegurado que el 26 de mayo “solo hay dos posibilidades, o votamos a partidos que quieren que los burócratas de Bruselas decidan qué deben comer, sembrar y a que virgen venerar, o votar a Vox, que va a ir a decirles que no renunciamos a nuestro derecho a decidir sobre todo eso”.
También se ha referido a la política de inmigración que practica Europa: “No queremos que más guardias civiles sean atacados por masas descontroladas y violentas que saltan la valla. No queremos que animen a esos pobres a meterse en barcos inmundos a morir en el mar. Ellos están destrozando a las naciones de África”.
Al referirse a Cataluña, y mientras el público coreaba “Puigdemont a prisión”, ha culpado a PP y PSOE de no haber “parado los pies durante 40 años” a los independentistas, y, por ello, “vamos a tener a Puigdemont en las listas europeas”.
Santiago Morón, candidato a la Presidencia de Aragón, ha lanzado un discurso centrado en defender el reparto del agua entre comunidades autónomas. “El Plan Hidrológico no es más que aprovechar los recursos que tenemos, en primer lugar”, ha defendido, y ha añadido que la política hidráulica ejercida en el pasado ha servido para que haya habido “décadas de obras sin finalizar que muchos partidos han aprovechado para justificar su existencia”, en clara alusión a los partidos regionalistas. Vox pretende, ha dicho, “acometer, en primer lugar, las obras que hacen falta, y una vez garanticemos el caudal daremos al resto de comunidades porque todos los españoles somos hermanos”.
El número uno del partido al Ayuntamiento de Zaragoza, Julio Calvo, ha calificado de “graves problemas” los que tiene Zaragoza. En primer lugar por ser “la primera capital española más endeudada per cápita”. Esto ha ocurrido, según Calvo, porque “hemos pagado lo que no teníamos para comprar lo que no necesitábamos”. Para atajarla, ha propuesto “reducir infraestructuras inútiles que no han tenido ninguna rentabilidad social y económica”, para lo que “solo hay una vía, el adelgazamiento de Administración”.
