Las pastelerías despliegan su arsenal de chocolates para endulzar un lluvioso Lunes de Pascua

Despedirse de las fiestas de Semana Santa no es tarea fácil. Aunque, como de costumbre, las ilustres Monas de Pascua ayudan cada año a pasar el mal trago. En Aragón, las pastelerías llevan semanas preparando un gustoso y cada vez más innovador arsenal de recetas y figuras personalizadas para todos los gustos. A pesar de que este año el Top 1 en ventas haya sido el “unicornio multicolor de chocolate”, seguirán por siempre goteando los melancólicos del clásico bollo con huevo incrustado.

Según explica la gerente de Pastelería Fantoba, Ivana Molina, el bollo con huevo, aderezado con unas cuantas figuritas de plumosos y coloridos pollitos de plástico, “cada vez se lleva menos”, porque, en general, las generaciones de hoy en día lo relacionan con modas “antepasadas”. Aun así, esta auténtica reliquia pastelera mantiene un más que envidiable índice de ventas.

Por su parte, el universo de las figuras de chocolate protagoniza un extenso y peculiar inventario. Muchas de ellas son confeccionadas por encargo. Encargos que van desde botas de fútbol o balones para los más futboleros, hasta manzanas, champiñones o zanahorias para los más vegetarianos. También son habituales de los mostradores los zapatos y bolsos, convirtiéndose en postres idóneos para los que más a la moda se sienten, o sonrientes dinosaurios para los fans del mundo jurásico. Todas ellas obras de arte.

Tradicionalmente, las Monas de Pascua se regalan a los niños. A fin de cuentas “lo más importante es que lo disfruten, por lo que hay que descubrir qué figura les puede hacer más ilusión”, decía una visitante barcelonesa que, antes de volver a casa, se ha pasado a por unos cuantos dulces por el centro de Zaragoza. En pleno acto de investigación, otra compradora revela que a su nieto le regalaría “un carricoche con una muñequita de chocolate” y a su nieta “un dinosaurio”. Cuestión de gustos. Este 2019 ha sido un año especialmente “monista”, quizá porque el tiempo no ha resultado demasiado halagüeño. Por ello, cada cual se ha buscado la mejor manera de endulzarse el alma.