El Alcoraz va a vivir este miércoles, a partir de las 20.30 horas, una auténtica final por la permanencia. Cierto es que todavía restarán, a su conclusión, ocho partidos para la conclusión de la temporada, pero la Sociedad Deportiva Huesca necesita imponerse al Celta de Vigo para no convertir el sueño de la salvación en una auténtica quimera o rozar la ciencia ficción.
Los de Francisco llegan en una buena dinámica de fútbol, especialmente reforzados tras sus 90 minutos cuajados en el Santiago Bernabéu. Eso sí, no viene acompañado de resultados positivos, por lo que la distancia con la permanencia se ha vuelto a disparar en el peor momento posible. Por todo ello, la oportunidad de este miércoles ni debe ni puede permitirse el lujo de desperdiciarla.
Entre Huesca y Celta, ambos en zona de descenso, existe una brecha de seis puntos. Y, tras el empate cosechado como local por el Villarreal ante el Barça, la permanencia se ha distanciado hasta los ocho. Eso sí, pudo ser peor si los catalanes no hubieran logrado la igualada en el tramo final gracias a los tantos de Messi y Suárez. Previamente, el Rayo visitará al Eibar en otro encuentro en el que los de Francisco deben tener un ojo puesto.
No se prevé ningún cambio de sistema en los locales, que dispondrán de cinco zagueros, aunque caben dudas de si será Herrera o Ferreiro quien ocupe el carril derecho. El gallego vuelve tras sanción, mientras que Enric Gallego apunta a regresar a la titularidad después de ser suplente en el Bernabéu, siendo Cucho Hernández o Chimy Ávila los, en principio, damnificados.
Por parte del cuadro vigués, la peor noticia para la Sociedad Deportiva Huesca es la recuperación para la causa de Iago Aspas. El astro internacional volvía a los terrenos de juego tras una larga lesión y lo hacía para ser clave en la remontada frente al Villarreal con dos tantos en la segunda mitad del encuentro del pasado sábado.
Con todo, se prevé un Alcoraz que luzca sus mejores galas, consciente la afición de que por este choque pasan gran parte de las aspiraciones del equipo altoaragonés de seguir pujando por la permanencia. O, aunque no se rinda, dar un paso atrás importantísimo a falta sólo de ocho jornadas para que la Liga dicte sentencia definitiva.
