Juan Naudín: "Nuestro objetivo es acercar los microvegetales al cliente, minimizando la huella ecológica"

Todos los días nos alimentamos. Parece una simpleza, pero conseguir que esta realidad se de para millones de personas en todo el mundo no sería posible sin la existencia de la agricultura. Con la evolución y el desarrollo de diferentes cultivos a lo largo del tiempo, la alimentación ha estado garantizada en los entornos urbanos, no solo en los cercanos al campo, y se han podido concebir alimentos con menos recursos y respetando el medio ambiente. Asimismo, gracias a esta eclosión, la pasión por la gastronomía también ha adquirido un papel más relevante en nuestro día a día.

Dentro de la variedad de plantaciones, en los últimos tiempos han ganado mayor relevancia los denominados microvegetales. Unas plantas aromáticas comestibles de gran valor nutricional que cuentan con amplitud de colores, olores, sabores y tipologías, portando considerables beneficios para las personas, siendo indicadas para reducir el impacto de enfermedades como el cáncer, el alzhéimer o la diabetes. Además, son muy demandadas también por los comercios de proximidad y la hostelería, que los utilizan en cada vez más recetas, con las que busca fidelizar a un público deseoso de probar todas las novedades.

Esta moda ha precipitado a su vez que surjan emprendedores interesados en el sector con ganas de crear iniciativas empresariales relacionadas. Una de ellas es la zaragozana Zgreens, que forma parte del grupo de empresas del Centro de Empresas e Innovación de Aragón (CEEI). Una compañía que va a más allá de la producción tradicional de estos vegetales y que apuesta por la innovación para desarrollarlos de una forma muy particular. Su gerente, Juan Naudín, da las claves sobre el origen y funcionamiento de la compañía y adelanta sus propósitos de cara al futuro.

Las microplantas tienen mucha potencia de sabor y se podrían considerar superalimentos

Pregunta.- ¿Qué es Zgreens?
Respuesta.- Somos un proyecto que nace en junio de 2018 y que tiene como visión principal acercar el producto a la zona de consumo, produciendo cerca de allí. Una relación con el denominado kilómetro cero. Y además de forma sostenible, sin utilizar pesticidas ni químicos. Hemos comenzado con los llamados microgreens pero la idea es extenderlo también a otros productos de condición vegetal.

P.- Son una de las empresas integradas en el CEEI, ¿por qué decidieron apostar por este espacio? ¿Qué beneficios les ha aportado?
R.- Lo principal que nos ha aportado es entrar a un ecosistema innovador y tecnológico, esencia que compartimos. Asimismo, la gran ventaja que nos aporta es que nos provee de espacios ya preparados para comenzar la actividad y cuenta con asesoría empresarial que te va dando las claves para ir desarrollando el proyecto.

P.- Los microvegetales han ganado fama en los últimos tiempos, ¿qué diferencia a estas plantas tan particulares del resto?
R.- Los microvegetales se diferencian, en primer lugar, de sus hermanos pequeños, los germinados, en que se cosechan. Mientras que de los germinados se consume la planta entera, no llegando a desarrollar la fotosíntesis, los microgreens sí que la hacen y tienen entre una y tres semanas de vida. De ellos se consumen el tallo y las hojas. Tienen hasta cuarenta veces la concentración de nutrientes con respecto a la planta adulta, mucha potencia de sabor y realmente podrían considerarse superalimentos.

P.- Pero la variedad es amplia, ¿con qué tipos específicos trabajan?
R.- Trabajamos con muchos. Los más extendidos podrían ser todas las variedades de rabanito. Por ejemplo el rabanito chino o el rojo. También con plantas aromáticas como la albahaca así como con guisantes, borraja, un producto por cierto muy nuestro, todo tipo de mostazas, coles o kales rosas. Vamos innovando. Intentamos siempre introducir nuevas semillas y variedades para ofrecerlas al mercado e ir así pulsando la demanda.

En Zgreens trabajan con plantas aromáticas como la albahaca, así como mostazas, coles o kales rosas

P.- Cultivan aprovechando las bondades de la tecnología más actual, con procedimientos, hace poco impensables, ¿cuál es el funcionamiento de su sistema?
R.- Nuestro sistema se basa, fundamentalmente, en sembrar sobre un sustrato que retiene el agua, tras regar por inundación. El drenaje, es decir, el excedente de agua, se vierte en un depósito cuya agua se filtra, volviendo a repetirse el proceso utilizando el mismo agua. El consumo es un 90% menor que en un cultivo tradicional. En este depósito es donde se controlan los valores del agua, pudiendo acondicionarla adecuadamente con sales minerales, nutrientes, además regular sus niveles de pH.

P.- No utilizar tierra ni luz solar son algunas de las principales características del proceso, ¿cómo consiguen el mismo nivel de calidad alimentaria?
R.- Usamos plataformas con luces LED, que tienen un consumo eléctrico bajísimo. Y que nos permiten obtener solo el nivel de luz, espectro luminoso, que necesitan las plantas para realizar la fotosíntesis. Son unos tubos especiales que garantizan el nivel energético verdaderamente necesario. No solo gastamos menos, sino que el 100% de lo emitido es aprovechado. ¿Cómo se garantiza la calidad? Tengo que decir que el sabor es espectacular y utilizamos el mismo modelo que una planta en la tierra, suministrándole nitrógeno, potasio y fósforo, que es lo que necesita, pero por otras vías más ecológicas. La planta crece más sana y limpia, al no añadir químicos ni pesticidas. Es un producto muy limpio. Además, con respeto a las intoxicaciones alimentarias, son inviables, porque, al no haber orgánicos ni abonos de origen animal, no existe la posibilidad de que surjan bacterias coliformes. Que es uno de los grandes problemas que generan las verduras crudas. Así que respecto a la higiene alimentaria, puedo afirmar que son muy seguras.

P.- Trabajan con tiendas de proximidad, ¿acercar la huerta al cliente urbano es el modelo a seguir?
R.- Estoy convencido de que sí, incluso cuanta más proximidad podamos establecer entre el punto de consumo y producción, mejor. Conseguimos además una evidente reducción de la huella de carbono. Es muy legítimo tener que recorrer miles de kilómetros para entregar el producto final, pero desde luego si lo puedes hacer de forma limpia, es mucho mejor. Al fin y al cabo es economía 4.0. La excelencia, sin lugar a dudas, sería conseguir producir, ya no solo cerca, sino en el mismo lugar donde se va a consumir. Es el futuro.

Utilizan plataformas con luces LED para que las plantas realicen la fotosíntesis

P.- También colaboran con la hostelería, ¿se han adaptado bien los restaurantes a esta revolución verde?
R.- Este producto se consumía ya desde hace tiempo, con otros orígenes y quizá con menos variedad. En Zaragoza la gente está encantada de poder disfrutar de un producto casi en el momento, con rapidez, buen servicio y frescura, que son las grandes características que buscan los buenos restaurantes. Mejor dar exactamente lo que quiere el cliente y de la mejor calidad, a dar mucha cantidad sin calibrar su impacto negativo. Fuera de la capital aragonesa es más complicado adaptar nuestra apuesta porque el transporte es complejo. Otros proveedores han tenido el mismo problema para traer sus productos aquí desde otros lugares. Habría que estudiarlo, quizá en formato vivo sin cosechar, pero por el momento no se valora.

P.- ZGreens es una empresa innovadora, ¿en qué proyectos trabajan de cara al futuro?
R.- Pensamos en introducir las flores dentro de nuestro catálogo e incluso también incluir las plantas aromáticas u otras tipologías. Hemos comenzado por los microgreens porque son unos vegetales de ciclo corto, que nos permiten unos retornos y una rotación rápida, pero es cierto que es un mundo infinito. Hay que salir fuera, probar, porque el cliente cada día es más exigente en cuestiones gastronómicas y hay que satisfacerle. De momento, continuaremos en el Centro de Empresas e Innovación de Aragón (CEEI), pero nuestra idea es, cuando sea posible, salir para emprender otros caminos que nos permitan seguir innovando y crecer como empresa.