Nueve profesionales sanitarios de Zaragoza denunciaron agresiones en 2018

Los trabajadores piden tener una mayor protección
photo_camera Los trabajadores piden tener una mayor protección

Es un problema de reciente creación o al menos ahora se conocen más casos. Los trabajadores del sistema sanitario público y privado de Aragón sufren cada vez más agresiones de sus pacientes. El informe de Prevención de Riesgos Laborales del Departamento de Sanidad situaba hace unos días en 253 las agresiones sufridas en toda la Comunidad en 2018. La realidad es que se denuncian muchas menos: en la provincia de Zaragoza ese mismo año solo hay constancia de nueve casos judicializados.

La gran mayoría de las agresiones son de carácter verbal (amenazas e insultos) y esto provoca que los trabajadores no lo consideren grave. “Hay gente que lo deja pasar en cuanto se le pasa el sofoco y ya no quiere denunciarlo. A veces son las propias compañeras las que tienen que convencer a la enfermera de que lo haga”, explica el presidente del Colegio de Enfermeros de Zaragoza, Juan José Porcar. Porque si no se llega a casos como el vivido hace apenas una semana, cuando un médico fue herido de arma blanca por un hombre en el centro de salud Univérsitas.

Los Colegios Oficiales de Médicos, Enfermeros y Odontólogos de Zaragoza piden mayor protección y seguridad para los empleados y, sobre todo, que se ponga el foco en los casos de “reincidentes” en el servicio sanitario a domicilio, muy habitual en Aragón debido al envejecimiento de la población. “Hay que hacer la asistencia compartida: los profesionales nunca deben ir solos. Existen situaciones problemáticas que están localizadas y los profesionales van acompañados de Policía Local”, apostilla la presidenta del Colegio de Médicos de Zaragoza, Concepción Ferrer.

Las causas que explican el aumento de agresiones en el ámbito sanitario son la saturación de los servicios de urgencias y los centros de salud, la falta de libre elección de profesional, la desprotección, la pérdida de respeto en la sociedad y la feminización de la profesión. De hecho, como matiza Ferrer, las agresiones “se producen en mujeres jóvenes menores de 45 años con mayor incidencia y tienen miedo porque el agresor sabe quiénes son y dónde trabajan todos los días”. Querer disponer de informes que no se pueden facilitar, no aceptar que algunos trámites requieren tiempo o la prescripción de medicamentos, también estarían detrás del aumento de agresiones.

Medidas disuasorias

Desde 2018 existe la figura del Interlocutor Policial que media entre los centros médicos y los colegios profesionales para controlar, prevenir y frenar las agresiones. En las ciudades es un agente policial y en los núcleos rurales, un guardia civil. Este servicio contabilizó siete delitos en 2018, si bien el dato facilitado por el Colegio de Médicos era nueve (cinco doctores y cuatro enfermeros), dos no fueron considerados delito.

Los profesionales sanitarios piden más personal de seguridad en los centros de salud y la instalación de cámaras de seguridad como medida disuasoria, la penalización de las situaciones habituales o de reincidentes y la creación de un registro único que aglutine todas las agresiones registradas para poder contabilizarlas con mayor seguridad.

Además, van a poner en marcha un botón de alerta en el sistema informático de los ordenadores para que el trabajador pueda notificar un situ si la agresión se produce en la consulta con solo clickarlo. Un servicio que también se implantará en la asistencia a domicilio y que se ha puesto en marcha como proyecto piloto en el Centro de Salud Las Fuentes Norte.

Teléfono de ayuda

Por su parte, el Colegio de Médicos de Zaragoza ha optado por abrir un número de teléfono que estará disponible 24 horas de lunes domingo. Es el 601755044 al que los empleados podrán llamar para recibir asesoramiento y acompañamiento en caso de agresión. Concretamente, un colegiado le informará sobre cómo y dónde denunciar el hecho ante las autoridades policiales.

Los sanitarios que hayan sufrido una agresión en Zaragoza capital pueden ponerse en contacto con el interlocutor policial llamando al 976 469 925 o 976469926 o enviando un email a [email protected]. Si la agresión se produce en el ámbito rural serán atendidos en el 976711400, extensión 392, o en el email [email protected].