“Animales sin collar”: Atrapados por su pasado

Tenía que suceder y los cineastas españoles están llevando a la pantalla uno de los problemas mas acuciantes que afectan a la sociedad española en las últimas décadas: la corrupción. Hace unas semanas Rodrigo Sorogoyen nos ofrecía una obra superior que reflejaba con realidad y frialdad el comportamiento de los políticos en su hábitat natural e incluso iba un poco más allá, insinuando que este mal endémico no se circunscribía a la clase política sino que era extensivo a toda la sociedad; un hecho que criticaron algunos por considerar que no era el momento de tratar el tema pero que yo apoyo pues pienso que la corrupción esta demasiado presente en nuestro entorno. Ahora, aunque de manera menos ambiciosa, el tema es abordado por el debutante y hasta ahora cortometrajista Jota Linares en estos “Animales sin collar”.

Autor también del guión, basado en el clásico de Henrik Ibsen “Casa de muñecas” Linares sitúa en Andalucía la acción que muestra un momento político en el que se va a hacer historia: la llegada de un hombre honrado al poder, que apoya a los más desfavorecidos, y que va a acabar con el monopolio por parte de un partido político corrupto. A su lado su novia de siempre, Nora, que le ha apoyado y le ha ayudado a salir de un pasado que prefiere olvidar. En vísperas de pronunciar su discurso de investidura aparecen en su vida gentes de ese pasado nefasto que pondrán en peligro todo su futuro político e incluso personal.

Es importante la estética que Linares ha querido impregnar a su película. Ayudado por el director de fotografía Junior Díaz, plasma una Andalucía sobre todo rural, en una época incierta del año en el que el calor aun está haciendo estragos. Para eso la fotografía plasma ese calor empleando tonos amarillos y reflejando paisajes casi desérticos, de manera que en muchas ocasiones parece que nos encontramos ante un western. Este ambiente ayuda a reflejar el agobio y desasosiego de los personajes, por si no fuera bastante con lo que pasa en sus vidas.

Este ambiente tórrido se impregna también de una cierta tensión sexual latente durante todo el metraje. La abundancia de desnudos, sobre todo del protagonista masculino, y ciertas escenas sexuales, dotan al film de un tono que personalmente a mi me sobra, no por mojigatería ( tampoco las escenas sexuales son muy subidas de todo) pero no considero que ayude mucho a la trama.

La mirada de la película es sobre todo femenina. Se dice que detrás de todo gran hombre, hay una gran mujer ( véase otro de los títulos de reciente estreno, La buena esposa). Y aquí la verdadera protagonista, la que lleva el peso del drama, es Nora. Hasta que no ha transcurrido más de la mitad del metraje no atamos cabos y los datos que hemos ido recopilando acaban por conformar el puzzle. Y Nora esta allí, obrando como mejor puede, para evitar que todo eso salpique la prometedora carrera de su marido Abel. Las mujeres de la historia son las que toman decisiones, correctas o no, mientras los hombres aparecen ignorantes de lo ocurrido o muestran sus debilidad. Y a medida que transcurre el film Nora irá tomando fuerza y consciencia de su posición y tomará decisiones.

El film habla de la posibilidad de reinserción y de recuperación para la sociedad a pesar de los graves errores del pasado. Uno de los aciertos de Linares es dibujar a sus personajes con tonos grises de manera que quien parece despreciable puede esconder resquicios de bondad y los que aparecen como inmaculados esconden una animal rabioso en su interior.

Ganadora de dos Goyas a pesar de su juventud, Natalia de Molina se confirma como una actriz capaz de ofrecer todo tipo de registros aunque su papel en este film no esté a la altura de aquellos que le proporcionaron esos premios. Junto a ella un actor que vamos a ver mucho en las próximas semanas: Daniel Grao, presente en lo próximo de Medem y en la excelente serie de Enrique Urbizu Gigantes. Aquí nos ofrece una imagen de mesías lleno de bondad y buenos propósitos que oculta, como todos los seres humanos, defectos como egoísmo y ambición por encima del Amor. Hay que decir que el maquillaje del actor hace que se parezca sorprendentemente al actual Presidente del Gobierno.

Rostros nuevos a tener en cuenta en el futuro: Ignacio Mateos es Víctor, el personaje mas odioso de la película, ese grano que molesta a la pareja protagonista, un hombre al limite, que aparentemente está para hacer el mal pero que alberga mas de una sorpresa. Borja Luna es Félix, un fotógrafo que deja constancia gráfica de la vida del futuro presidente en los días previos a su investidura, un personaje poco importante pero espectador y juicio critico de los acontecimientos que se suceden. Y Natalia Mateo es Virginia, otro animal rabioso, ambiguo por su conducta, amigo en unas ocasiones y enemigo en otras.

Jota Linares consigue en su primer largo un film correcto, ambicioso en su forma, con un punto de partida quizás tópico pero que desarrolla con afán de sorprender a un espectador que quizás piense que esta historia ya la conoce y sabe como va acabar. No es un film apasionante pero tampoco es desdeñable. Un prometedor debut a la espera de futuros títulos.

TEXTO: Luis Arrechea.

LO MEJOR: Transmite bien la angustia de la protagonista. El buen plantel actoral.

LO PEOR: No apasiona como debería.

VALORACIÓN:

Fotografía: 7

Banda Sonora: 6

Interpretaciones : 7,5

Dirección: 6,5

Guión: 6,5

Satisfacción: 6

NOTA FINAL: 6,58