Destino final

El sector hotelero de la provincia de Zaragoza ha visto cómo cerraban sus puertas o se traspasaban casi el 30% de los establecimientos en los últimos tres años. La situación económica, que ha llevado a un descenso de viajeros y a una caída de precios, y el incremento de los costes de gestión y explotación de los negocios han llevado al sector a una situación “insostenible”.

El sector hotelero de la provincia de Zaragoza ha visto cómo cerraban sus puertas o se traspasaban casi el 30% de los establecimientos en los últimos tres años. La situación económica, que ha llevado a un descenso de viajeros y a una caída de precios, y el incremento de los costes de gestión y explotación de los negocios han llevado al sector a una situación “insostenible”.

Desde el sector hotelero hacen un llamamiento casi a la desesperada a las administraciones para remontar la situación. Solicitan, ante todo, que se reduzca una presión fiscal que tiene al sector “atenazado”.

Evidentemente, a nadie le gusta tener que pagar impuestos, pero son la solución necesaria para que los ciudadanos puedan utilizar una serie de servicios como la Sanidad o la Educación. El turismo y el negocio hotelero son un sector económico muy importante, pero su supervivencia no puede lograrse a costa de rebajar la calidad de servicios esenciales.

Por lo tanto, la alternativa ha de ser otra, y pasa, ineludiblemente, por la promoción de Zaragoza y su provincia. Los esfuerzos han de centrarse en dar a conocer la capital aragonesa en las zonas de origen de los turistas que nos visitan. Zaragoza debe de dejar de ser un lugar de paso para consolidarse como destino final. Y no sólo depende del buen hacer de los hoteleros. Ciudadanos y responsables políticos han de implicarse también en este objetivo.