" Como nuestros padres ": Los conflictos de Rosa

La brasileña Laís Bodanzky vuelve a presentarnos un retrato familiar de manera sencilla y asequible al público medio, al igual que su ” Las mejores cosas del mundo ( 2010 ) “, su anterior película después de unos años centrada en proyectos televisivos. La propuesta se presentó hace casi año y medio en el festival de Berlín de 2017, y en España se estrenó en Valladolid ya que formaba parte de su sección oficial. Dos nominaciones a los premios Platino y unas cuantas candidaturas a los de la academia del cine brasileño, en donde luchará por los premios más importantes con, entre otras, ” Hotel Cambridge ( 2016 ) ” y ” Gabriel e a montanha ( 2017 ) “, dos películas más independientes y dirigidas a los aficionados al cine de autor pero que me parecen superiores a ” Como Nossos Pais “. La película se inicia con una comida familiar en casa de Clarice en donde están presentes su hija Rosa y Cacau junto a sus parejas e hijos, y en esa reunión se plantean temas interesantes, pero que la mayoría se quedan ahí y no se desarrollan, ya que desde ese momento el personaje de Cacau desaparece y la historia se centra en Rosa, la gran protagonista, y todo gira a su alrededor con nuevos personajes que irán apareciendo y conoceremos su relación con la mujer, que trabaja en una empresa multinacional aunque tiene dos sueños laborales, lograr colarse en el mundo del teatro y su blog de diseño de baños.

La película tiene bastantes virtudes, tanto a nivel interpretativo como artístico, pero su guion abusa del convencionalismo, con los tópicos de las historias familiares dramáticas, a diferencia del cine brasileño cuyas películas son sutiles y menos directas. En algunos momentos la historia se aborda en tono de telenovela, con las típicas rencillas entre madre e hija, entre la mujer y su marido, con las dudas sobre la fidelidad y con los problemas laborales y las incertidumbres sobre el futuro más cercano. Me parece bien la elección de dar al espectador todo mascado, porque así el público medio saldrá satisfecho, no habrá tenido que estrujarse la cabeza ni siquiera sufrir en exceso y seguramente la recomendará a sus amigos. El principal pilar de la película son las interpretaciones de Maria Ribeiro ( Rosa ) y la veterana Clarisse Abujamra ( Clarice ). La primera es una mujer que vive con su marido Dado y sus dos hijas Nara y Juliana, y que tiene varios asuntos que quiere solucionar: la relación personal con su madre, si debe conocer o no a su padre biológico, y la comunicación y vida sexual con su marido.

Clarice es la madre de la protagonista y ese personaje tiene los mejores momentos de la película, en cada una de las conversaciones entre madre e hija, ya que ambas están intensas a nivel dramático y esa relación de amor y odio es la que más me interesa. La historia pierde fuerza cuando entran en escena los personajes masculinos que son bastante planos y de poco interés. Paulo Vilhena interpreta a Dado, Felipe Rocha es Pedro ( el padre de Henrique, uno de los compañeros de colegio de las hijas de Rosa ), Jorge Mautner es Homero ( el padre de Rosa y ex marido de Clarice ) y Herson Capri tiene una breve aparición como Roberto Nathan. El otro aspecto positivo es el de la dirección de fotografía de Pedro J. Márquez, que sabe mezclar imágenes bastante convencionales con una serie de planos fijos muy bien filmados. La banda sonora del compositor Antonio Pinto y el montaje de Rodrigo Menecucci son correctos e ideales para una película tan asequible para los espectadores españoles. La película va de menos a más y no me convence el final.

TEXTO: Guillermo Navarro.

LO MEJOR: La fotografía. Las interpretaciones de Maria Ribeiro y Clarisse Abujamra.

LO PEOR: La historia es demasiado convencional y previsible.

VALORACIÓN:

Banda sonora: 6

Fotografía: 7,5

Interpretación: 7

Guion: 5

Dirección: 5

Satisfacción: 6,5

NOTA FINAL: 6,16