"Hannah": Un dolor llevado con dignidad

Para su segundo largometraje tras Medeas el director italiano Andrea Pallaoro cuenta con la presencia de la actriz Charlotte Rampling nominada al oscar en 2016 por 45 años. La veterana actriz británica cautiva en su papel de Hannah que le sirvió para alzarse con la copa Volpi en el festival internacional de cine de Venecia. A través de la exploración de su rota sensación de identidad y la perdida del autocontrol , Hannah indaga sobre la alienación de hoy en día, el problema de conectar y las líneas divisorias entre la identidad individual, las relaciones personales y las presiones sociales.
Hannah es reservada, tiene un esquema de vida que sigue a rajatabla e intenta que nada se salga de las normas. Va a clase de teatro y hace deporte de natación mientras acaba de ocupar sus horas trabajando de limpiadora en una casa. Una vida normal y monótona de otra mujer madura sino fuera porque una mañana Hannah sale de casa en compañía de su marido, cogen un taxi, apenas hablan y entonces es cuando el espectador se da cuenta que nuestra protagonista acompaña a su marido a la cárcel para que cumpla condena. Hannah vuelve a casa como si no pasara nada pero no es así, poco a poco su vida se va desmoronando y nada parece tener sentido para esta mujer que se siente como una ballena varada en la playa de la que nadie sabe como ha llegado allí..

Hannah nos muestra a una Charlotte Rampling que está en estado de gracia, pocas veces ha estado mas autentica y su interpretación pone la piel de gallina, parece mentira que sea un joven, y desconocido, director italiano que haya sacado lo mejor de ella. La actriz francesa está inmensa y refleja como nadie el dolor interno de alguien que se está desmoronando y sabe que va a tocar fondo, no hay marcha atrás. La cámara se enamora de la actriz, la devora y le sigue hasta retratarla de una manera brillante que se agudiza gracias a la magnifica fotografía de Chayse Irvin, un artesano de la fotografía donde cada trabajo parece sacado de distintas miradas, ganas tenemos de ver su ultimo trabajo junto al polémico Spike Lee.

Andrea Pallaoro dosifica de manera inteligente un relato que con aportaciones mínimas consigue interesar al espectador que quiere saber más y desgraciadamente no siempre el director da toda la información necesaria. Somos conscientes que es una película no apta para todos lo públicos en buena medida por la arriesgada propuesta elegida donde nada parece avanzar y si el espectador se muestra impaciente es posible que se sienta engañado y consiga indignarse por la lentitud de lo que nos expone el director italiano, por ejemplo la mayoría de mis compañeros de blog no les gusta nada la película y es posible que dejen de hablarme ( y dejar escribir aquí). Si por lo contrario, como es mi caso, te dejas llevar por lo que nos cuenta el director, uno acaba seducido por una propuesta que resulta incomoda en el planteamiento a la vez que fascinante según nos lo va contando.
Brillantemente rodada, no tanto en lo narrativo, Hannah es un brutal reflejo de una sociedad que prejuzga de antemano y no da opción a la defensa. Una película que como una ecuación de matemáticas nada parece tener sentido cuando se empieza pero que al finalizar uno se da por satisfecho por haberla resuelto y entender lo que nos propone el autor en la obra.

Texto: José Antonio Alarcón.

LO MEJOR: Charlotte Rampling está magnífica. La fotografía de Chayse Irvin

LO PEOR: Una película en la que no es fácil entrar.

VALORACIÓN:

Fotografía: 8

Banda sonora: 4

Guión: 6

Interpretación: 9

Dirección: 7

Satisfacción personal: 7,5

NOTA FINAL: 6,91