Dos almas unidas por el destino

Disney, ha seguido este año con La Bella y la Bestia una fórmula que le ha proporcionado excelentes resultados recientemente. Esta fórmula consiste en trasladar a imagen real algunos de sus más brillantes clásicos de animación. Así lo hizo en 2015 con Cenicienta y después en 2016 con El Libro de la Selva.

La historia de la película, extraída del cuento de hadas tradicional de mismo título, tomando como punto de partida la versión escrita en 1756 por Jeanne-Marie Leprince de Beaumont y que posee un irresistible encanto y es capaz de emocionar y conmover al público de todas las edades. A esto se le une una excelsa banda sonora a cargo de Alan Menken que compone la música y Howard Ashman que escribió las letras de las canciones. En realidad lo que hacen ambos es actualizar la banda sonora que habían compuesto para la exitosísima versión animada de 1991. A destacar de entre la extensísima y brillante banda sonora: How does a moment last forever interpretada primero por Kevin Kine y luego por Emma Watson; el clásico Beauty and the beast interpretada por Emma Thompson; Days in the sun interpretada por Adam Mitchell o la socarrona Gaston interpretada por (Luke Evans) y Josh Gad.

Por si alguien no conoce esta hermosa historia trataré de resumirla brevemente.

A mediados del siglo XVIII un hermoso y altivo príncipe vive rodeado de lujos y hermosas mujeres en su castillo. Una noche de tormenta, una anciana busca cobijo en su castillo a cambio de una rosa. Él la desprecia y como castigo la anciana que es en realidad una joven hechicera le transforma a él en una Bestia y a sus criados y sirvientes en parte del mobiliario del mismo. Sólo el amor de una mujer que le ame por su belleza interior y por el valor de su alma.
Años después en la campiña francesa, una joven encantadora y soñadora: Bella
(Emma Watson), amante de los libros es pretendida por el tosco y rudo Gaston (Luke Evans), que junto con su más fiel compañero LeFou (Josh Gad, con explícitos aires homosexuales) tratan de convencerla para que acceda a casarse con el primero. Bella, hija huérfana de madre vive con su padre: Maurice(Kevin Kline), un simpático y humilde relojero e inventor, ambos están muy unidos. Un día Maurice al volver del mercado situado en un pueblo cercano se extravía en un misterioso bosque en el que reina un perpetuo invierno y que está repleto de feroces lobos. Maurice se refugia en aquel castillo abandonado y hechizado; entra en él, pero asustado por los misterios que hay en él lo abandona, no si antes aprovechar para cortar una rosa de un hermoso jardín, ya que su hija Bella se la había pedido antes de marcharse. Maurice es reprendido por la Bestia (Dan Stevens) que lo encarcela en su castillo por tal agravio.

Bella ocupa el lugar de su padre en la mazmorra. La relación entre Bella y la Bestia es al principio tensa y difícil. Más poco a poco surgirá entre ambos una relación de complicidad y afecto especialmente debida a la mutua comprensión, a la similitud que hay en sus periplos vitales(ambos son huérfanos de madre) y a su pasión por la lectura. Por si no fueran pocas las dificultades, Gaston, más vehemente que nunca tratará de acabar primero con la vida de Maurice y luego con la de Bestia ¿Triunfará finalmente el amor?

Perfecta recreación de este hermoso cuento de hadas a cargo de Bill Condon que proporciona a la película todo lo que necesita. El guión de Stephen Chbosky y Evan Spiliotopoulos no destaca obviamente por su originalidad, la historia se ha llevado en numerosas ocasiones al cine. Sin embargo la escenografía es magnífica y deslumbrante, el diseño de producción de Sarah Greenwood y la dirección artística de James Foster y Nick Gottschalk son sencillamente perfectos. Muestra de ello son los suntuosos y barrocos decorados de Katie Spencer; un vestuario que recrea estupendamente el ambiente dieciochesco obra de Jacqueline Durran y una fotografía espectacular de Tobias Schliessler con abundancia de planos con grúa y travellings circulares al modo de los musicales clásicos y mostrando los decorados y el atrezzo, dándoles protagonismo. También es destacable la extensa paleta cromática, todo para materializar en imágenes ese reino de fantasía en el que todos querríamos vivir y enamorarnos.

En lo referente a las interpretaciones, están todos perfectamente dirigidos, además tienen todos el mérito de cantar ellos mismos las canciones. A la presencia de los protagonistas antes mencionados hay que destacar la breve pero carismática presencia de Ewan McGregor en el papel del candelabro Lumiere, Ian McKellen como Cogsworth, el reloj, Emma Thompson como Mrs. Potts(la tetera) Nathan Mack , su hijo Chip(la taza); Audra McDonald como Madame Garderobe y Stanley Tucci como el Maestro Cadenza.

Una película que curiosamente da más de lo que promete, esto se debe sobre todo a su perfecto ritmo narrativo que entre imagen e imagen nos va envolviendo, nos va llevando entre canción hasta el desenlace final pleno de emoción, magia y misterio. ¿Más de lo mismo? ¿y qué?, al fin y al cabo el cine es el arte del entretenimiento por excelencia. A los espectadores nos siguen gustando estas historias que, a pesar de sus convecionalismos y estando llenas de personajes arquetípicos nos siguen conquistando, siempre y cuando eso sí no se traicione el espíritu del cuento original. Que nadie se la pierda, pasarán en el cine dos horas de ensoñación contínua.

Texto: Juan Murillo.

LO MEJOR: la perfecta puesta en imágenes del cuento y su perfecto ritmo narrativo.

LO PEOR: un excesivo apego a la versión animada de 1991, tal vez se podría haberse arriesgado un poquito más con el guión.

VALORACIÓN:

Fotografía: 9

Banda sonora: 10

Interpretación: 9

Dirección: 9

Guión: 7

Satisfacción: 8

Nota Final: 8,6