Manera de afrontar la pérdida

Kenneth Lonergan había pasado hasta la fecha casi de puntillas a los ojos del espectador medio. Sin embargo tras ‘Manchester frente al mar’ las sombras del anonimato quedarán por siempre lejanas para este destacado escritor y director. Lonergan, reputado dramaturgo y guionista, destacó con sus primeras obras teatrales hasta tal punto que los ojeadores de la meca del cine decidieron tentarlo de manera irrechazable. Para los grandes estudios escribió las comedias ‘Una terapia peligrosa’ y ‘Las aventuras de Rocky y Bullwinkle’ e hizo su debut en la dirección con ‘Puedes contar conmigo’ (Laura Linney, Mark Ruffalo y Matthew Broderick). Todo ello antes de trabajar con el gran Martin Scorsese en la escritura del guion de ‘Gags of New York’ (a la que debería dar una segunda oportunidad ya que la primera me decepcionó con holgura). Sin embargo, tras un complicado proceso de producción sobre su segunda película ‘Margaret’ (disputas judiciales incluidas), Lonergan pareció volver definitivamente al mundo de sombras del que provenía.

Sorprendentemente el universo le guardaba todavía una carambola más a la carrera de Kenneth Lonergan, a quién le sobrevino la oportunidad de dirigir –los problemas de agenda de Matt Damon fueron claves- un proyecto del que únicamente se iba a ocupar inicialmente del guion: ‘Manchester frente al mar’.

El film narra cómo Lee Chandler (Cassey Affleck), un arisco y solitario encargado de mantenimiento de una comunidad de edificios de Boston, se ve obligado a regresar a la pequeña población de la que procedía tras darse a conocer el fallecimiento de su hermano. Una vez allí tendrá la enorme responsabilidad de encargarse legalmente del cuidado de su sobrino de 16 años así como de los pormenores legales que el deceso trae consigo. Dicho retorno no deseado conllevará además para nuestro protagonista el tener que afrontar un pasado con el que no quería volverse a cruzar.

La película respira crudeza por todos los poros. O casi todos. Todo ello gracias a una historia que explota las mayores habilidades de su autor: la pérdida, el trauma y su aceptación o no. Un film que congela el alma no sólo por la historia sino por la impactante interpretación de su protagonista, un Cassey Affleck que confecciona un personaje trágico, imbuido en una depresión por un pasado inolvidablemente complicado. Affleck, quién ya nos había regalado dos estupendas interpretaciones en ‘Adios, pequeña adiós’ (debut en la dirección de su hermano) y sobre todo en ‘El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford’ de Andrew Dominik, por la que fue nominada al Oscar, da un paso adelante consolidándose como uno de los mejores actores de su generación y con un futuro arrollador, amén de consolidarse como el máximo favorito a ganar el Oscar a mejor actor protagonista por su personaje en esta película.

El guion de Lonergan traspira realismo así como un ferviente dramatismo, algo que fomenta gracias a los planos fijos de rostros, paisajes y situaciones que promueven un tono pausado en el dolor. La historia va poniendo sobre la mesa de manera sorpresiva y a través de una interesante argucia narrativa el pasado del protagonista. Un pasado mostrado con flashbacks sobre el que no entraré para no caer en spoilers y que proporciona los momentos más inolvidables del film. Otro aspecto que enriquece aún más si cabe la película es el uso muy puntual de pequeñas dosis de comedia negra. Dos momentos, uno de ellos casi imperceptible que amplía el abanico de sensaciones que proporciona esta impactante historia.

Además de Affleck, la película cuenta con dos grandes personajes y dos interpretaciones que potencian dichos personajes. El primero y más sorprendente -por desconocido por mí hasta la fecha a pesar de que apareciera en ‘Teorema Zero’ de Terry Gilliam- es Lucas Hedges como Patrick, el sobrino de 16 años de Lee. Hedges gestiona de maravilla las emociones que el hijo adolescente de una familia desestructurada experimenta tras el fallecimiento de su padre. Lonergan expone en él una manera diferente de soportar el duelo a través de un pasotismo a modo de coraza que hará que la adolescencia fortalezca. Un contraste en el silencio entre sobrino y tío que no sólo quedará allí sino que se verá potenciada gracias a asuntos como la tutoría económica y legal o la ubicación del domicilio común.

Por otro lado tenemos a Michelle Williams, el tercer elemento que oscila sobre la vida de Lee. Un personaje clave para entender el comportamiento del primero y gracias al cual Michelle Williams nos regala una de sus mejores interpretaciones –nuevamente nominada al Oscar por cuarta ocasión gracias a su interpretación aquí–, próxima a la que mostró en ‘Blue Valentine’ de Derek Cianfrance o a ‘Mi semana con Marilyn’ de Simon Curtis.

Un enorme film con una gran capacidad para emocionar al espectador que lo colocan como uno de los mejores dramas de los últimos años.

Lo mejor: El guion y Cassey Affleck.

Lo peor: No me termina de encajar la situación de la viuda y su nueva vida.

VALORACIÓN:

Banda sonora: 6

Fotografía: 7

Interpretación: 9

Dirección: 9

Guion: 9

Satisfacción: 8

NOTA FINAL: 8