Dentro del Universo mágico de J. K. Rowling

Quisiera comenzar este alegato a favor de las virtudes cinematográficas de “Animales fantásticos y dónde encontrarlos” con una referencia al Antiguo Testamento, un libro cuyas páginas tienen probablemente más violencia, sexo, crímenes y corrupción que cualquier novela moderna que podamos encontrar en una librería. Y sin embargo también contiene uno de los primeros relatos con un claro mensaje en defensa del medio ambiente que se recuerdan: la historia de Noé y el diluvio universal. El patriarca bíblico, al preservar una pareja de cada especie animal, se convirtió en el primer ecologista de la historia.

Pues bien, señoras y señores del jurado, no creo aventurado sugerir que las aventuras de Noé y su Arca están en la base de la idea original de J.R. Rowling a la hora de escribir el guión de esta película que algunos medios han vendido como una “precuela” de la saga de Harry Potter y que, en realidad, es una expansión del mundo de la magia en el que vivía sus aventuras el joven alumno de Hogwarts. Como Noé, Newt Scamander (Eddie Redmayne) va recogiendo en su maleta animales y extrañas criaturas con un espíritu conservacionista, y como aquél, este magizoólogo busca desesperadamente una señal de paz en un mundo convulso.

David Yates demuestra que es el director idóneo para poner en imágenes ese universo mágico creado por la escritora británica. El poderío visual de “Animales fantásticos y dónde encontrarlos” es apabullante, pudiendo llegar en algún momento a eclipsar la sencillez de un argumento que, no hay que olvidarlo, es una introducción a una historia más compleja y apasionante que se desarrollará en venideras películas. La fértil imaginación de la autora de las novelas de Harry Potter se ha traslado a la película gracias a unos efectos especiales y una dirección artística ajustados a la riqueza visual que nos propone el guión de la propia J.K Rowling. El diseño de estos animales cuasi mitológicos satisfará al más ferviente seguidor de la saga del niño malo.

Pero es que, además, considero necesario negar aquí y ahora, el carácter simplista que se ha pretendido otorgar a la trama de “Animales fantásticos”. Situar la acción en un Nueva York que anuncia el desplome de la bolsa y el inicio de una de las mayores crisis económicas y políticas apenas tres años después, y, a partir de ello, trazar paralelismos y semejanzas con los momentos que vivimos, es, cuando menos, digno de encomio.

Debo admitir, es cierto, que la interpretación de Eddie Redmayne como Newt Scamander podría intercambiarse con las que el mismo actor hizo de Stephen Hawking en “La teoría del todo” o de Einar Wegener en “La chica danesa”, pero no es menos cierto que a su lado destaca una magnífica Katherine Waterston, como Porpentina Goldstein. La hija de Sam Waterston, el inolvidable protagonista de “Los gritos del silencio” o el directivo de la cadena de televisión de “The newsroom”, respira fragilidad y fuerza a partes iguales, y aporta a ese héroe dubitativo y reticente la fortaleza y el valor necesarios para asumir su rol en esta batalla contra el mal.

Quiero llamar también su atención sobre Dan Fogler, el “no mago” que acompaña a Newt Scamander, y Alison Sudol, que da vida a la hermana de Porpentina. Ellos son el contrapunto gracioso a la pareja protagonista, pero también la visión idealista y romántica de aquellos que luchan por sus sueños. Él es el héroe a la fuerza que sigue a su amigo, leal y fielmente, sin cuestionarse los problemas que puedan surgir. Y ella es pura efervescencia, como las burbujas de uno de esos refrescos carbonatados por los que ahora pagaremos más.

En definitiva, señoras y señores del jurado, quiero invitarles a que acudan al cine más cercano y le den una oportunidad a estos “Animales fantásticos”, porque ninguna película es “mala” hasta que uno la ve y puede opinar de ella.

Texto: Alberto Garrido.

VALORACIÓN:

Fotografía: 7

Banda Sonora: 7,5

Interpretación: 7

Guión: 6,5

Dirección: 7,5

Satisfacción: 7

NOTA FINAL: 7,1