ETA asesina al presidente del Partido Popular, Manuel Giménez Abad, con tres tiros en pleno centro de Zaragoza

El que fuera desde el pasado mes de febrero presidente del Partido Popular en Aragón, Manuel Giménez Abad, ha sido asesinado este domingo en Zaragoza, cuando un terrorista de unos 25 ó 30 años le ha descerrajado un tiro en la cabeza y dos en el tórax. El asesinato ha conmocionado a la sociedad aragonesa y el Gobierno autónomo, reunido de urgencia, ha decretado tres días de luto oficial.
Zaragoza.- Domingo 6 de mayo, alrededor de las seis y media de la tarde. El presidente del Partido Popular en Aragón, Manuel Giménez Abad, se dirigía, como buen socio que era del Real Zaragoza, a ver, junto a su hijo pequeño, el partido que enfrentaba a su equipo con el Numancia.

Iba al estadio de la Romareda a pie, sin escolta. Sus compañeros del PP en Aragón han explicado que la había rechazado y que sólo había accedido a tener un servicio de contravigilancia.

Los cobardes asesinos de ETA aprovechaban esta ausencia de escolta. Un hombre de unos 25 ó 30 años se acercaba a Manuel Giménez Abad cuando pasaba por la confluencia de las calles Princesa y Cortes de Aragón, cerca de su casa, y le descerrajaba tres tiros: uno en la cabeza y dos en el tórax.

Según testigos presenciales del crimen, el terrorista era moreno, con el pelo rizado y barba, llevaba un pantalón marrón y una chaqueta de chándal de color azul. Medía alrededor de 1,70 y calzaba unas zapatillas de deporte. Lo confirmaba en el mismo lugar del atentado el jefe de la Policía Local de Zaragoza, Primitivo Cardenal, quien también explicaba que las fuerzas de seguridad están buscando a una mujer de la misma edad, con media melena y un gorro de color blanco, que habría servido de apoyo al primer terrorista.

En el suelo quedaba tendido el cuerpo del político popular, todavía con vida pero, a pesar de los esfuerzos realizados durante casi una hora por los equipos médicos de emergencia, todo era inútil para reanimarle. Hasta la calle Princesa se habían trasladado ya amigos y familiares de Manuel Giménez Abad, que no podían contener la rabia y la impotencia, protagonizando momentos de dolor y nerviosismo. Por allí también pasaban la presidenta del Congreso, Luisa Fernanda Rudi, y el delegado del Gobierno en Aragón, Eduardo Ameijide, entre otros muchos cargos institucionales y políticos tanto del PP como de otras formaciones.

TRASLADO DEL CADÁVER AL ANATÓMICO FORENSE

Sobre las 19,30 horas, la Hermandad de la Sangre de Cristo era la encargada de recoger el cadáver de Manuel Giménez Abad y llevarlo hasta el Instituto Anatómico Forense de la capital aragonesa, donde ya lo estaban esperando compañeros y amigos de la clase política. Entre tanto, la Policía encontraba en el lugar del crimen un casquillo de 9 milímetros Parabellum, la munición que utiliza habitualmente para cometer sus asesinatos la banda terrorista ETA.

Dirigentes y simpatizantes del Partido Popular en Aragón, compañeros de la clase política y familiares del fallecido se agolpaban a las puertas del Instituto Anatómico Forense, donde se le realizaba la autopsia al cadáver, mientras el ministro del Interior, Mariano Rajoy, y el presidente de los populares vascos, Carlos Iturgaiz, emprendían un viaje urgente hacia la capital aragonesa. Por cierto que el ministro, a su llegada a la ciudad, no descartaba la posible existencia de una infraestructura estable de la banda terrorista en Zaragoza.

También el alcalde de Zaragoza, José Atarés, que se encontraba de visita oficial en el extranjero, tomaba un avión para regresar urgentemente a la capital aragonesa. El primer edil zaragozano no era el único al que el atentado le sorprendía fuera de casa. También el propio hijo del fallecido -el mayor- tenía que regresar sin tardanza desde la localidad francesa de Po, donde recibía como un mazazo la noticia del brutal asesinato de su padre.

Los minutos se vivían intensamente y cargados de emoción en la sede zaragozana del Partido Popular. Su coordinador regional, Gustavo Alcalde, expresaba el "sentimiento de tristeza" de todos los miembros del partido. "Hemos perdido a una buena persona y a un amigo", decía, "pero también tenemos la esperanza de que, a partir del 13 de mayo, esto comience a cambiar", en referencia a la cita electoral del País Vasco.

El teniente de alcalde del Ayuntamiento de Zaragoza, el también popular Antonio Suárez, explicaba por su parte que la familia estaba destrozada por el dolor, al igual que sus compañeros de partido.

CONDENAS DE TODOS LOS REPRESENTANTES INSTITUCIONALES

También condenaba el atentado el Justicia de Aragón, Fernando García Vicente, que recordaba al que fuera su amigo y compañero de oposiciones, y se refería a la sinrazón de las acciones terroristas. “Hay una ley que distingue a los países civilizados de aquéllos que no lo son, y esa ley dice no matarás; si no se cumple esta ley nada tiene ningún sentido”, ha manifestado.

Por su parte, el presidente de las Cortes de Aragón, José María Mur, indicaba que “esta vez le ha tocado a Giménez Abad, pero todos somos víctimas potenciales. Cuando ocurre una cosa de éstas, todos nos tenemos que sentir implicados, porque todos somos víctimas, de alguna manera, de este tipo de actos”.

El delegado del Gobierno en Aragón, Eduardo Ameijide, lamentaba el "tremendo mazazo que este atentado ha supuesto para todos”, pero a la vez aseguraba que “los asesinos no van a conseguir sus objetivos". En su opinión, "el estado de derecho, las libertades, la respuesta ciudadana... van a hacer inviable que un atajo de asesinos trate de coartar la paz y la convivencia de todos los que amamos la paz”.

El presidente del Ejecutivo autonómico, Marcelino Iglesias, condenaba también el atentado de manera enérgica y, como muchos otros compañeros de tarea política, volvía a calificar el crimen de "mazazo"; no obstante, hacía un llamamiento para "mantener la calma".

Desde la Diputación de Zaragoza, su presidente, Javier Lambán, se solidarizaba públicamente con la familia del fallecido "en unos momentos de tremenda angustia y zozobra", al tiempo que añadía que, desde la institución provincial, “desprecian y repugnan a quienes defienden planteamientos fascistas que sólo son capaces de causar dolor allá por donde pasan”.

También condenaba el atentado el representante de Chunta Aragonesista en el Congreso, José Antonio Labordeta. “Es una cabronada; en estos momentos te indignas y no lloras porque no tienes valor para hacerlo y porque no tiene solución”, señalaba. “Lo han matado porque era un hombre confiado, que sale a la calle como yo, pensando que nadie va a hacerle nada, que se iba al fútbol con su hijo”.

TRES DÍAS DE LUTO OFICIAL EN ARAGÓN

Nada más conocer la noticia, las principales instituciones aragonesas convocaban reuniones de urgencia. El Gobierno de Aragón decretaba tres días de luto oficial en la Comunidad Autónoma y anunciaba la concesión a título póstumo de la Medalla de Aragón a Manuel Giménez Abad. Las Cortes, mientras tanto, decidían instalar la capilla ardiente por el alma del político asesinado en el Salón del Trono del palacio de la Aljafería, sede del Parlamento aragonés.

Precisamente, Manuel Giménez Abad había desempeñado el cargo de letrado mayor de la cámara hasta su incorporación en 1995, como consejero de Presidencia, al Gobierno PP-PAR que presidía Santiago Lanzuela. En la actualidad, ocupaba en la misma Cámara un escaño como diputado por el Partido Popular.

Toda la clase política aragonesa, sin distinción de colores ni partidos, condenaba enérgicamente el atentado y se convocaban plenos extraordinarios para este lunes en el Ayuntamiento de Zaragoza, la Diputación Provincial y las Cortes de Aragón. Las instituciones también convocaban paros y minutos de silencio y los sindicatos han invitado a los trabajadores a secundar las concentraciones de condena en sus respectivas empresas. Por la noche, a partir de las nueve, el Movimiento contra la Intolerancia ha organizado una manifestación que saldrá de la plaza Aragón de Zaragoza y que terminará con la lectura de un manifiesto en la plaza del Pilar de la capital aragonesa.

Manuel Giménez Abad había nacido en la localidad altoaragonesa de Jaca en 1948; será allí, precisamente, donde a las cinco de la tarde de este lunes se oficiará un funeral por el eterno descanso de su alma. Tras los actos litúrgicos, que se celebrarán en la catedral jacetana, se procederá en el cementerio de la localidad al entierro de Manuel Giménez Abad, al que todos han coincido en definir como una buena persona y un buen político.

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