Zaragoza.- La más larga crónica de una muerte anunciada. Anunciada pero nunca confirmada. Mann Filter ha alargado su agonía durante todo el verano intentando encontrar una solución que le permitiese competir en la Liga Femenina. Sin embargo, no habrá final feliz. El club aragonés no estará en la máxima categoría tras doce años de éxitos.
Sólo un milagro podría situar a las jugadoras amarillas en la élite. Una solución que parece muy lejana. El trágico destino de Mann Filter es casi inevitable y las negociaciones con posibles patrocinadores carecen de sentido. Una a una, figuras importantes del equipo zaragozano fueron abandonando el vestuario amarillo.
Entre ellas, Cristina Ouviña, quien comunicaba a través de su Twitter oficial que “aunque ya no me pilla de sorpresa, hoy es un día triste para mí. Mann Filter no sale en Liga Femenina. Siempre quedarán esos bonitos años”. Palabras de despedida y agradecimiento hacia un club que no ha podido hacer frente a todos sus problemas.
El principio del fin llegaba con el impago de las nóminas de la plantilla. Las de Víctor Lapeña se plantaban sin entrenar como medida de presión para reclamar sus fichas. Más tarde, la entidad aragonesa tenía que afrontar denuncias como la de Ares cien por cien basket S.L.U. el día 13 de junio.
El denunciante reclamaba un total de 28.800 euros al Basket Zaragoza Club Deportivo, primer equipo de Mann Filter y equipos base y escuelas. Contratiempos que han complicado más si cabe la participación del conjunto maño en la máxima categoría del baloncesto femenino.
Pese a que la entidad se inscribía en la competición el pasado 24 de julio, lo hacía sin el aval exigido para poder afrontar el curso. Además, las novedades en el plazo de prórroga concedido al Basket Zaragoza Club Deportivo no han sido positivas y sólo un milagro podría devolver a las mañas a su lugar.
