Más vale prevenir que curar

Huesca ha tenido un trágico fin de sus Fiestas de San Lorenzo. Un joven de 16 años ha fallecido tras ser embestido por una vaquilla y golpearse contra el burladero en la última de sus celebraciones. Todas las instituciones han mostrado su pesar ante lo ocurrido y se han establecido dos días de luto en la capital oscense, así como se han suspendido todos los actos menos la ofrenda al Santo.

Huesca ha tenido un trágico fin de sus Fiestas de San Lorenzo. Un joven de 16 años ha fallecido tras ser embestido por una vaquilla y golpearse contra el burladero en la última de sus celebraciones. Todas las instituciones han mostrado su pesar ante lo ocurrido y se han establecido dos días de luto en la capital oscense, así como se han suspendido todos los actos menos la ofrenda al Santo.

Quedan ahora muchas preguntas por contestar, como por ejemplo si este accidente podría haberse evitado. La alcaldesa de Huesca, Ana Alós, ha asegurado que es “inevitable que un chaval de esta edad baje”, pero, ¿lo es? El reglamento de la plaza permite que a partir de los 16 años se pueda bajar al coso. Aunque la primer edil ha remarcado que la organización siempre pide a sus socios que sean mayores de 18. ¿Con una petición basta?

Ponerse delante de una vaquilla no puede compararse con hacerlo delante de un toro; eso sí, el peligro está siempre ahí. La participación en este tipo de festejos tan populares en España y, por ende, en Aragón es una tradición que muchos aprecian desde pequeños, pero que en cada lugar se rige por distintas normas. Así, efectivos de la Policía Local de Pamplona vigilan el recorrido de los encierros exigiendo el Documento Nacional de Identidad para retirar a los menores además de sacar de la zona a las personas que no se encuentran en condiciones de realizarlo.

Si el reglamento de la plaza de toros de Huesca permite que las personas a partir de los 16 años salten a la arena, habrá que modificarlo. Si se protege de ciertos peligros a los menores, por qué no de algo que entraña un riesgo tan alto. Por otro lado, si el acceso a las vaquillas es difícil de controlar en algunas ocasiones, como ha admitido la alcaldesa, se hace necesario revisar los protocolos de estos festejos para garantizar la seguridad de todos, más aún cuando se habla de menores.