El presupuesto para centros cívicos cae un 50% en los tres últimos años

Ensayos musicales, teatro, cursos, o debates. Son algunas de las numerosas actividades que los centros cívicos de Zaragoza organizan con el fin de vertebrar los barrios en los que se ubican. A pesar de que desde 2009 han visto descender sus presupuestos hasta un 50%, no han reducido el número de actividades y sus aulas están completas.

Zaragoza.- Crear ingresos y apostar por actividades que supongan un gasto mucho menor. Con esta nueva filosofía encaran los centros cívicos de Zaragoza los estragos de la crisis. Estos espacios acogen ensayos musicales y teatrales, espectáculos, cursos, talleres o debates con el objetivo de vertebrar los barrios en los que se ubican. Sin embargo, y a pesar de que no han reducido sus actividades, desde 2009 han percibido un descenso en sus presupuestos de hasta el 50%.
 
El responsable de Programación de los centros cívicos de la capital aragonesa, Antolín Terés, se ha mostrado optimista a pesar de las circunstancias. Tal y como ha aseverado, no ha disminuido el ritmo de las actividades, pero sí han tenido que “proponer ofertas que suponen un coste más reducido”.
 
En este sentido, Terés ha remarcado que esta situación de crisis hace que los centros cívicos “tengan que trabajar mucho más porque hay menos dinero”. Por ello, “tenemos que hacer encaje de bolillos para mantener la actividad del centro”. “Notamos la crisis porque tenemos que duplicar el esfuerzo, pero no por los resultados”, ha sentenciado.
 
Terés ha destacado que, afortunadamente, los centros cívicos “pueden trabajar con poco dinero y gracias a eso podemos continuar con nuestros planteamientos”. Los vecinos han acogido muy bien estas ofertas. Tanto es así, que ya están cubiertas todas las plazas para los más de 3.000 cursos y talleres programados.
 
Estos centros no son sólo un punto de encuentro. Terés ha señalado que funcionan como “elementos vertebradores del territorio”. El objetivo, ha manifestado, es “hacer llegar a los barrios periféricos el desarrollo cultural y la cohesión”. De esta forma, “conseguimos que un ama de casa no se sienta marginada por no saber pintar, o hacer yoga; o que los jóvenes no se sientan marginados por no tener ordenador, por ejemplo”.

Además, fomentan el desarrollo cultural y apoyan los nuevos creadores, así como a los nuevos públicos. Todo, ha insistido Terés, para “intentar vertebrar la sociedad”.
 
De cara al futuro, Terés se plantea nuevos retos teniendo en cuenta la situación económica. Por un lado “hay que replantearse la relación con el territorio cercano”. También pretenden reflexionar sobre los contenidos y, como gran objetivo, pretenden insertar a los centros cívicos en las redes sociales y en las tecnologías.