Un tesoro arandino codiciado en Alemania

Arqueólogos e historiadores han denunciado el expolio y la venta en Alemania de 18 cascos celtibéricos procedentes del yacimiento de Aranda de Moncayo. En estos momentos, el Ministerio de Cultura está recopilando pruebas recogidas por Guardia Civil e Interpol para intentar recuperarlos.

Zaragoza.- Araticos. Así se llamaba la localidad de Aranda de Moncayo en época celtíbera. De este asentamiento tan sólo quedan ruinas, ya que una capa de tierra ha enterrado innumerables piezas. Sin embargo, una parte de este tesoro histórico -18 cascos- ha sido expoliado y ha acabado subastándose en Alemania.

Lo han hecho público dos historiadores y catedráticos en Prehistoria, el profesor de la Autónoma de Madrid, Fernando Quesada, y el también docente de la Universidad de Alicante, Alberto Lorrio. Una denuncia que parte del año 2008 cuando se subastó en Munich (Alemania) la colección del empresario Axel Guttmann.

Y es que este magnate de la construcción dejó a sus herederos una gran cantidad de objetos de estas características, pero éstos le buscaron un destino muy distinto al que tenían hasta entonces: una vitrina. Parte de sus enseres llegó a Christie`s de Londres y otra a Hermann Historica de Múnich.

En aquél momento, el museo Römisch-Germanisches-Zentralmuseum avisó a las instituciones españolas que los cascos de entre los siglos III y I a. C habían sido introducidos en dicho país de forma ilegal. La Fiscalía germana retuvo las piezas hasta que el Ministerio de Cultura diera una respuesta que nunca llegó.

Parece que ahora con el revuelo mediático la vuelta de estos enseres esté más cerca. Fuentes del Ministerio de Cultura han sacado cara a lo realizado por el anterior, asegurando que en ese año se encargó un informe a la Brigada de Patrimonio de la Policía Nacional para iniciar las acciones legales y que en 2010 un juzgado de instrucción de Madrid archivó el caso porque “no había pruebas suficientes” y porque las autoridades alemanas ordenaron que esas piezas regresaran a su último propietario.

Según las mismas fuentes, ahora han aparecido nuevas pruebas, que están siendo examinadas para poder reabrir este caso porque “la voluntad del Ministerio es la de recuperar todas las piezas”.

Mientras, de los 18 cascos, según lamenta Lorrio, tres ya están en manos privadas catalanas, cinco en francesas y de los otros diez no se conoce su paradero. Todos pagaron una sustanciosa cantidad de dinero, hasta 77.000 euros. Una cantidad que prueba para Lorrio “el gran valor patrimonial” que tienen.

Los cascos de Guttmann procedentes de Aranda de Moncayo. Foto: Hermann Historica
Los cascos de Guttmann procedentes de Aranda de Moncayo. Foto: Hermann Historica

El catedrático madrileño cuya tesis doctoral se llamaba “Los celtíberos: etnia y cultura” mantiene que todas estas piezas “son tanto o más importantes que las monedas del Odyssey”. Además, asevera que, observando el contexto, estas piezas aparecen “en grietas y con deformaciones que demuestran que han formado parte de algún tipo de ritual”. “Son un conjunto de armas que han sido amortizadas y enterradas como una ofrenda, pero sin hacer una investigación arqueológica es todo hipótesis”, manifiesta.

Lorrio lamenta lo que hay detrás de estos expolios, ya que no sólo es que se apoderen de estos restos, sino que “destruyen” los signos que les rodean y que dan gran información sobre los pobladores de la zona.

Un yacimiento virgen

Este asentamiento celtíbero está a unos seis kilómetros de la localidad zaragozana de Aranda de Moncayo donde unas 230 personas están censadas. Su alcaldesa, Charo Cabrera, que se muestra agradecida por destapar este problema, afirma que “todo esto pasa porque no hay una seguridad que proteja todo”.

Mientras pasea por esta montaña de piedras junto con el alguacil, Cabrera resalta “el ingenio y agudeza” de los antiguos pobladores de Araticos, quienes se asentaron protegidos por el sol y cerca del barranco por el que discurría en tiempos el agua.

Para la primer edil, la noticia desgraciadamente no es nueva, ya que, como reconoce, por todos es conocido que uno se presenta con un detector de metales y puede hacerse de oro.

“O Patrimonio del Gobierno de España o de Aragón se interesa por este vestigio histórico o no sólo se llevarán cascos, sino lanzas, corazas y monedas que sabemos que allí existen”, apostilla.

El yacimiento se encuentra virgen si no fuera por los expoliadores
El yacimiento se encuentra virgen si no fuera por los expoliadores

Algo en lo que coincide el catedrático de Prehistoria de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Zaragoza en Teruel, Fracisco Burillo, que resalta Araticos como “una civilización muy importante, ya que llegó a acuñar monedas”. “Recordemos que Numancia, tan importante por los restos encontrados, nunca llegó a tener una moneda propia”, reconoce.

El también director de la Fundación Sádaba mantiene las esperanzas, al igual que la alcaldesa, de que todo esto consiga que las administraciones públicas se den cuenta del valor oculto y decidan invertir en excavaciones. Hasta ahora, según señala Burillo, hasta la fecha tan sólo hay estudios de la arqueóloga Gloria Pérez, quien realizó prospecciones en la zona y que este año tiene previsto solicitar permisos para localizar todos los restos que puede albergar el yacimiento.

Mano dura con los expoliadores

La idea de realizar un mapa de yacimientos puede parecer una solución para evitar que los cazadores de tesoros campen a sus anchas al estar protegidos por agentes del Seprona de la Guardia Civil. Sin embargo, como destacan Burillo y Lorrio, el problema no reside ahí, ya que existen cartas cartográficas en las que se demuestra que “España está llena de emplazamientos de estas características”.

Por ello, estos expertos afirman que, además de que no hay que dar la espalda a la historia que ocultan, lo que es necesario es endurecer la legislación. “El mensaje que hay que dar es muy claro: si robas en España te va a ser muy difícil venderlo en el extranjero porque vamos a ir a por ti”, añadre Lorrio.

Mientras todo esto llega, el Ministerio que permitió que se subastara un tesoro celtíbero expoliado en Aragón se afana en recuperar algo que pudo haberse protegido anteriormente.