Incivismo

El Ayuntamiento de Zaragoza interpuso 3.865 sanciones durante el año 2011 por incumplimiento de la Ordenanza Cívica. De todas ellas, un gran número estuvieron relacionadas con el consumo de alcohol. Desde el Consistorio se afirma que nunca se ha pretendido resolver el problema del consumo sino solventar los botellones que provocaban molestias a los vecinos en cuatro o cinco zonas de la ciudad.

El Ayuntamiento de Zaragoza interpuso 3.865 sanciones durante el año 2011 por incumplimiento de la Ordenanza Cívica. De todas ellas, un gran número estuvieron relacionadas con el consumo de alcohol. Desde el Consistorio se afirma que nunca se ha pretendido resolver el problema del consumo sino solventar los botellones que provocaban molestias a los vecinos en cuatro o cinco zonas de la ciudad.

Un objetivo que se ha conseguido en parte. Cierto es que se ha erradicado de esos lugares las concentraciones de jóvenes por  las noches. Pero el problema no ha finalizado sino que se ha trasladado hasta otros lugares de Zaragoza. Raro es no encontrar a grupos de jóvenes bebiendo a lo largo de la ribera, con la incomodidad y suciedad que ello genera en esa zona recuperada de la ciudad.

Las medidas de la ordenanza nunca deben ir para mover los botellones de zona sino que tiene buscar que no se consuma de manera abusiva alcohol durante los fines de semana, más aún si quienes lo hacen son menores de edad. Ellos son el verdadero objetivo de la acción.

Pero no solo es culpa del Ayuntamiento la situación que se vive cada fin de semana. Buena parte de la solución tiene que pasar por la educación que se les da, por las alternativas que se les puede ofrecer y por su entorno familiar y de amistades. Cada uno en su parcela debe ayudar a evitar lo que cada sábado por la noche puede ver uno por la calle y, en algunas ocasiones, en hospitales de la ciudad.

Las sanciones no solo están relacionadas con el alcohol sino también con otros actos como las pintadas, el orinar en la vía pública, arrojar basura o destrozar el mobiliario urbano. Las multas en todos los casos pueden variar entre los 500 y los 1.500 euros. Un dinero necesario para las arcas públicas pero que no incide en el fondo de la cuestión ni en la corrección de estas conductas.

Si lo que se busca es lograr una sociedad más civilizada y no el afán recaudatorio en las sanciones, éstas deben ir ligadas a acciones sensibilizadoras relacionadas con el acto cometido. Sólo con demostrar el mal hecho con la conducta y las consecuencias de la misma se podrá evitar que lo vuelva a cometer.