CRISIS ECONÓMICA

La pobreza en Aragón vuelve a los peores datos de 2009

Este 2011 cerrará con más personas en situación de urgente necesidad que 2010. Los datos de atenciones por parte de Cáritas se elevan ya por encima de los registrados en 2009, el peor año de la crisis, y la entidad tendrá que ayudar a un 11% más de familias y con más inversión. La duración de la crisis eleva los problemas psiquiátricos.

Zaragoza.- Tres años han pasado desde que comenzara la crisis económica en la Comunidad Autónoma de Aragón y la tasa de pobreza no disminuye sino que aumenta. Así, aunque en 2010 se dio una pequeña bajada en el número de intervenciones de Cáritas Diocesana, este año la organización está viendo como se elevan el número de ayudas que tienen que prestar en un 11% y el importe dedicado a ello en un 14%, lo que ha tenido mayor incidencia después del verano sobre todo al paralizarse el Ingreso Aragonés de Inserción por no haber presupuesto. Todo ello supondrá superar las cifras de atención de 2009, el peor año de la crisis económica con casi 9.500 personas que requirieron ayuda.

Los últimos meses de este año están viendo incrementarse las cifras de atención y desde el verano parece extenderse un clima de "desesperanza" de una sociedad "sin fuerzas para seguir luchando", advierten desde Cáritas. La duración de la crisis además está generando nuevos problemas en las familias que llevan afectadas desde el principio con aumento de los conflictos familiares, mayor violencia con los menores, sentimientos de angustia, desasosiego, rabia, indefensión y, en algunos casos, se está detectando un ascenso de la cifra de personas en atención psiquiátrica.

De este modo, Cáritas Diocesana ha pasado de atender a 4.143 personas en 2007, 7.774 en 2008 y 9.458 en 2009 a 8.240 personas en 2010. Así, la tasa de pobreza fue en 2010 del 13,6% de la población en Aragón, casi un punto por encima de 2009 (12,7%). Por diferenciar, los mayores de 65 años (25,32%), las mujeres (20,11%), los inmigrantes y las personas sin familia (38,93%) son los más afectados.

Unos datos que están sosteniendo organizaciones como Cáritas que critican la falta de agilidad en la respuesta a estos problemas por parte de las Administraciones Públicas. Por ello, exigen una mayor celeridad y un verdadero Estado social, ya que deben asistir a las familias aragonesas en pobreza que esperan dos semanas de media para ser atendidos en primera cita por Servicios Sociales, que asciende a nueve semanas en casos como los de los centros municipales de la capital aragonesa en los distritos Centro, Universidad, Actur y San José y a 30 días en municipios como Caspe, lo que significa que la desatención está llegando al medio rural.

Para el director de Cáritas Diocesana, el Ayuntamiento de Zaragoza no está solucionando la sobrecarga de demanda de ayuda y lo que hace es derivar la atención a organizaciones como la suya. Y es que, según ha afirmado el secretario general de Cáritas Diocesana, Francisco Yagüe, la crisis ha puesto en evidencia la debilidad del sistema de protección "inacabado y fragmentado" con retrasos de hasta siete meses de media en la tramitación del Ingreso Aragonés de Inserción, llegando a doce en algunos barrios rurales y a diez en la capital aragonesa; así como de ocho semanas de media en las Ayudas de Urgencia y hasta 16 semanas en Zaragoza capital, donde dos de cada tres casos se hacen tarde.

Por todo ello, Cáritas reclama una gestión austera, transparente y sostenible de los Servicios Públicos de protección social y medidas más inmediatas como garantizar un nivel mínimo de cobertura y establecer un sistema de ingresos mínimos, con participación de las administraciones central y autonómica. En vivienda, urge la promoción y puesta en marcha de un pacto social que haga posible este derecho básico. Los cambios, aseguran desde la entidad, deben darse en la conciencia ciudadana, con una dotación presupuestaria y de personal así como estructuralmente adecuada en los Servicios Sociales públicos, una simplificación de los procesos, una sistematización de todas las prestaciones y, finalmente, la complementación del Ingreso Aragonés de Inserción con una Renta Básica.

No todo está en la Administración para Cáritas, sino que se exige promover nuevos estilos de vida, una nueva mentalidad más austera y menos consumista con su campaña de Navidad "Vive sencillamente para que otros, sencillamente, puedan vivir", porque "no es admisible que con la crisis que hay, esté aumentando el consumo de lujo un 25%", ha sentenciado Carlos Sauras.

A pesar de todos los datos negativos, Cáritas se muestra confiada en que se puede arreglar la situación gracias a la solidaridad de todos, ya que por ejemplo la organización está elevando su número de socios.